Terminó la subasta: más de 9 millones de dólares se pagaron por la camiseta de Maradona

La camiseta de Maradona, en pugna
ADRIAN DENNIS

La autenticidad de una de las prendas más famosas del fútbol mundial estuvo en tela de juicio desde el primer momento, una polémica que se encendió desde la familia del crack. Finalmente, el sitio de subastas británico Sotheby’s vendió la camiseta con la que, según varias pruebas, Diego Armando Maradona le convirtió los dos goles a Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de México 86. La casaca se mantenía en poder del exfutbolista inglés Steve Hodge, quien la intercambió con el capitán de la selección argentina tras aquel encuentro inolvidable, y que había sido presentada para su licitación el 20 de abril en una galería de Londres.

Al cierre, en el mediodía de nuestro país, Sotheby’s anunció que la oferta ganadora fue de 7.142.500 libras esterlinas, el equivalente aproximado a 9.200.000 dólares. En la primera jornada, había aparecido una oferta por 4 millones de libras esterlinas (poco más de cinco millones de dólares) para quedarse con la emblemática número 10 de nylon, que fue superada al filo del cierre de la subasta.

Argentinos a la búsqueda

En las últimas horas, el sitio de noticias itvnews informó que una delegación argentina llegó a Londres para intentar comprar la casaca, a partir de una oferta de más de 5 millones de libras. El grupo está liderado por Marcelo Ordas, titular de Legends, firma que reúne la mayor colección privada de camisetas usadas del mundo. Según reporta la periodista Chloe Keedy, Ordás está trabajando junto con la Asociación del Fútbol Argentino para conseguir el codiciado objeto. Sin embargo, desde la AFA se desligan de la situación.

De acuerdo con lo consignado por la cronista británica, Ordás le comentó que la familia Maradona no está contenta con la subasta y cree que la camiseta debería estar en la Argentina, a donde pertenece. “Él dice que está aquí para ganar”.

Marcelo Ordás es un reputado coleccionista. En 2018, por ejemplo, fue hasta el Vaticano donde le entregó en mano al papa Francisco -reconocido fanático de San Lorenzo- la camiseta que utilizó su ídolo René Pontoni, cuando el equipo de Boedo ganó el campeonato de 1946.

Ordás tiene piezas de colección como la casaca que usó el Tata Brown en la final contra Alemania de 1986 -aquella que rompió para poder meter el dedo y jugar sin dolor por la lesión que había sufrido en el hombro- y también la de Claudio Caniggia con la que le anotó el gol a Brasil, en los cuartos de final del Mundial Italia 90. Sobre esta última, Ordás contó que tenía 17 años y pudo acceder al vestuario tras ese partido. Allí se fundió en un abrazo con el delantero, que le obsequió la camiseta. En ese instante le surgió la idea de comenzar su colección.

Marcelo Ordás, en Londres, frente a la camiseta de Maradona
Marcelo Ordás, en Londres, frente a la camiseta de Maradona


Marcelo Ordás, en Londres, frente a la camiseta de Maradona

Polémica de familia

Desde que se supo que Hodge había entregado a la tradicional casa de subastas Sotheby’s, la legendaria camiseta que Maradona le entregó el 22 de junio de 1986, luego de la victoria de Argentina sobre Inglaterra, se dispararon las polémicas alrededor de la autenticidad de la misma. “Soy el orgulloso propietario de esta prenda desde hace más de 35 años, desde que Diego y yo nos intercambiamos las camisetas en el túnel después del famoso partido. Fue un privilegio absoluto haber jugado contra uno de los más grandes y magníficos jugadores de fútbol de todos los tiempos”, había declarado Hodge. Y quien salió directamente al cruce de Hodge fue una de las hijas del astro argentino, Dalma Maradona: “Él (Hodge) no tiene la de las dos goles pero no lo puede decir porque, claro, tiene mucho más valor la otra. Hay dos camisetas, una del primer tiempo y otra del segundo”.

Según Dalma, la camiseta que Hodge tiene es la que Maradona utilizó en el primer tiempo del partido (los dos goles fueron en la segunda parte) y que la casaca de los tantos inolvidables se la quedó para su familia. La hija del astro no quiso revelar quién la tiene y negó que fuera Claudia, su mamá, que en alguna foto aparece vistiendo una camiseta similar. “No lo confirmo yo, lo dijo mi papá. ‘¿Cómo le voy le voy a dar la camiseta más importante de mi vida?’”, enfatizó Dalma.

Un empleado de la tienda de subastas Sotheby's, alista la camiseta de Maradona para su gran día
Jonathan Brady


Un empleado de la tienda de subastas Sotheby's, alista la camiseta de Maradona para su gran día (Jonathan Brady/)

Historia de una casaca

La hoy célebre camiseta azul del partido contra Inglaterra tiene una historia muy particular, que en tiempos actuales de superprofesionalismo parece imposible de creer. Para el Mundial 86, la firma Le Coq surtió al seleccionado de tres tipos de camisetas: la original, celeste y blanca a bastones, más dos alternativas, una azul y otra blanca.

En la fase de grupos, frente a Corea del Sur, Italia y Bulgaria, la Argentina utilizó la titular. Ya en octavos de final, como Uruguay tenía camiseta celeste, FIFA decidió que el seleccionado de nuestro país debía utilizar una alternativa. Entonces, fue el turno de la azul. Sin embargo, esa casaca no tenía las mismas propiedades que la celeste y blanca, llamada panal de abejas, ya que poseía pequeños agujeritos que la hacían más liviana. La azul, en cambio, con la transpiración y el agua de la lluvia, se hizo muy pesada.

Por eso, para el partido de cuartos de final ante Inglaterra, en el que FIFA nuevamente instó a la Argentina jugarlo con alternativa (los ingleses usaban blanca), Carlos Bilardo ordenó al utilero Rubén Benrós y al administrativo de AFA, Rubén Moschella, que recorrieran tiendas de México para conseguir una camiseta Le Coq azul que fuera liviana. La búsqueda infructuosa finalmente dio resultado. Compraron 40 casacas en una tienda y luego consiguieron unos números plateados (de fútbol americano) para estamparles en la espalda. Solo quedaba ponerles el escudo. Esa fue tarea de las empleadas de limpieza del predio del club América, donde se concentraba el equipo argentino. A mano, cosieron uno por uno cada escudo. El resto es historia.