De recoger basura en la calle a campeón mundial de fútbol: la historia del jugador N’Golo Kanté

“Debe tener unos 15 pulmones, de lo contrario, no entiendo cómo se puede correr tanto”, comenta su compañero de selección Paul Pogba. “Es un gigante, el mejor del mundo en su posición”, destaca el técnico galo, Didier Deschamps. Este “todoterreno” de apenas 1,68 metros y pieza clave de Francia en el Mundial de Rusia 2018, es uno de los jugadores con una historia personal de superación que merece la pena conocer.

El mediocampista francés, de 27 años y ascendencia maliense, creció en un barrio de la periferia de París con la ilusión de llegar a ser un gran jugador. Su objetivo estaba al final de un camino plagado de obstáculos. A los siete años, ayudaba a su familia recogiendo basura y chatarra para reciclar a cambio de algo de dinero. Mientras Francia celebraba su primer título mundial en 1998, él recorría los suburbios de París con su padre. Más tarde, a los once años, se quedaba huérfano, lo que le hizo crecerse ante la adversidad y perseguir su sueño sin descanso. Tampoco lo desmoralizó el que varios clubes (Rennes, Sochaux y Lorient, entre otros) lo rechazaran por su baja estatura.

Su andadura comenzó en el club del barrio Pateau. Tras su primer paso por el fútbol francés en el Boulogne (2011-2013), llegó el salto al Caen (2013-2015), donde confiaron plenamente en él. El reconocimiento a nivel mundial vino de la mano del título de Premier League en Leicester City (2015-2016), que le valió una transferencia por 36 millones de euros al Chelsea.
Desde entonces, muchos clubes han mostrado interés en ficharlo: Paris Saint-Germain, Juventus, Real Madrid y Barcelona, entre otros. En concreto el PSG estaría dispuesto a ofrecer 132 millones.

Pese a ser es uno de los mediocampistas más cotizados, N’Golo Kanté nunca ha perdido la humildad. Ni siquiera en el Chelsea, donde se permitió el capricho de cambiar su scooter por un sencillo Mini Cooper cuando sus compañeros presumían de Ferraris, Maseratis o Jaguars. El jugador tiene varios apodos. Destaca el de “la rata” por tener un espejo retrovisor sujeto con cinta aislante, o el de “mosca molesta” por su estilo de juego y su baja estatura. También abundan las bromas sobre su velocidad agrupadas en torno a los N’Golo Kanté facts.

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