Cubanos rinden homenaje al fallecido entrenador de judo Rolando Veitía

La Habana, 7 dic (EFE).- El entrenador de judo femenino Ronaldo Veitía, fallecido el pasado lunes a los 75 años en La Habana debido a las secuelas de un accidente cerebrovascular, recibió este miércoles un homenaje póstumo en el coliseo de la Ciudad Deportiva de la capital de la isla.

Las cenizas del profesor de varias generaciones de judocas cubanas estuvieron expuestas por varias horas en el escenario deportivo.

Por allí desfilaron autoridades deportivas, atletas, estudiantes de diversas disciplinas, familiares y amigos de Veitía, formador de campeonas ganadoras de 22 medallas olímpicas y 50 mundiales.

Varias de sus discípulas que integran la selección nacional que dirigió durante 30 años acudieron a darle el último adiós, entre ellas, la campeona olímpica y mundial Idalis Ortiz, y Sibelis Veranes, monarca de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.

"No tengo las palabras más exactas para describir cómo me siento ahora mismo. Ha sido irreparable la pérdida de nuestro querido entrenador Veitía. Más que un profesor, lo veíamos como un padre. Siempre nos quiso a todas por igual", declaró Ortiz a medios deportivos locales.

Su colega Veranes dijo que "siempre extrañaremos a nuestro maestro, profesor y educador, y es que este deporte le debe mucho a Veitía. Estamos muy agradecidos, porque durante casi 30 años le puso amor al judo, con grandes resultados, estables, a nivel mundial".

Veitía, una figura emblemática del judo cubano se había jubilado en 2014, y residía en Alicante, España, cuando enfermó permaneció ingresado en un hospital más de dos meses antes de viajar a Cuba el pasado octubre para continuar su recuperación.

'El Gordo', como se apodaba por su gran corpulencia física, fue el jefe de entrenadores de la selección femenina de judo por más de 30 años, y entre los múltiples reconocimientos en su trayectoria deportiva recibió los títulos de Doctor Honoris Causa en Ciencias de la Cultura Física de la Universidad de Matanzas, y el de Héroe del Trabajo de Cuba.

Además fue exaltado al Salón de la Fama de la Federación Internacional de Judo en 2018 y entre sus triunfos acumuló 14 medallas olímpicas, incluida la corona por países en Sídney 2000, el cetro universal en Japón 1995, y todos los títulos en los Panamericanos de Mar del Plata en ese mismo año.

Al despedirse de sus alumnas en 2016 Veitía dijo que estaba viviendo "un momento histórico, lo más grande que me ha podido suceder, retirarme oficialmente con esos instantes de gloria frescos en el recuerdo, rodeado de varias generaciones de mis discípulas, coronando una vida por y para el judo".

Veitía inició su andadura en los tatami en 1963, cuando tenía 15 años, y aunque fue campeón nacional varias veces en la división de los 93 kilogramos, sus resultados como atleta no fueron tan sobresalientes como su labor como preparador del arte marcial en la que se inició a finales de la década de años sesenta.

Entre sus aportes se le atribuye la adaptación de la carga en los entrenamientos, el ejercicio de planchas y la inclusión de las pesas que estaban prohibidas para las mujeres por aquella época, pero las aplicó con seguimiento médico y métodos científicos en la preparación.

Sus pupilas lograron el primer lugar por países en la cita olímpica de Sídney 2000, la cúspide en los campeonatos mundiales de Japón (1995), y Egipto 2008; el lugar más alto en el Mundial juvenil de Dijon, Francia 1990, y la corona en el torneo del orbe por equipos en Minsk, Bielorrusia 1998.

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