¿A qué fue Cuba a la Serie del Caribe? Agricultores regresan con cosecha mínima y en medio de la apatía

Cuba se fue de Venezuela sin nada o casi nada La participación en la Serie del Caribe resultó tan insípida que aquí no siquiera aplica eso de “gracias por participar’’, pero que era mejor una ausencia para evitar este recordatorio del deplorable estado de la pelota antillana a nivel de Serie Nacional.

Antes del comienzo del choque final contra Panamá el miércoles en la mañana, uno de los narradores de la televisión cubana -casi con el mismo ánimo y dinamismo mostrado por los peloteros- hablaba de lo importante que sería regresar con una sonrisa, pero al final se trató de una mueca tras la derrota 10-4 en el evento efectuado en Caracas, Venezuela.

Aquí podrán hablar de que los mejores están fuera de la isla, que si las condiciones económicas o echar mano de cuanta excusa disponible se muestre para paliar el desastre, pero estos Agricultores, con ese nombre horrible con tufo de sindicato, son iguales que la misma agricultura que dicen representar: la cosecha es poca y mala.

Cuba llegó con cierta fuerza a Venezuela, gracias a una invitación que seguramente no será extendida para la edición del 2024 en Miami, y luego de un primer triunfo sobre Curazao, parecía que una actuación cuando menos decente estaba dentro de los cálculos.

El jardinero central de Panamá Johnny Santos llega quieto a segunda base ante la defensa del torpedero de Cuba Andrés De La Cruz, en el partido de la Serie del Caribe celebrado el 8 de febrero de 2023 en Caracas, Venezuela.
El jardinero central de Panamá Johnny Santos llega quieto a segunda base ante la defensa del torpedero de Cuba Andrés De La Cruz, en el partido de la Serie del Caribe celebrado el 8 de febrero de 2023 en Caracas, Venezuela.

Lo que vino después fue una debacle, ya sea manifestada en juegos perdidos por una carrera o por avalanchas como la vista frente a los Leones del Caracas y en menor medida contra los Federales de Chiriquí, pero siempre con el mismo resultado: una derrota.

“¿Te interesó la derrota de Cuba en la Serie del Caribe?”, le pregunté a un amigo de Cuba que realmente ama el béisbol.

“Eso aquí no le importa a nadie, la gente, si acaso, está esperando el Clásico Mundial. Ese es el verdadero equipo, pero esos Agricultores no importan’’.

El abridor de Cuba Leandro Martínez lanza en el primer inning ante Panamá, en el partido de la Serie del Caribe celebrado el 8 de febrero de 2023 en Caracas, Venezuela.
El abridor de Cuba Leandro Martínez lanza en el primer inning ante Panamá, en el partido de la Serie del Caribe celebrado el 8 de febrero de 2023 en Caracas, Venezuela.

Agricultores salió a los terrenos del evento con la misma alegría que supone contemplar esos lánguidos e interminables juegos de la mal llamada Liga Élite, un adjetivo que para nada identifica a un circuito plagado de nombres fantasmas como Cafetaleros, Portuarios, Ganaderos, Tabacaleros y, menos mal por la geografía que sí existe, Centrales.

Uno trata de digerir alguno que otro partido de esa liga, pero resulta un ejercicio doloroso, casi un acto de masoquismo no solo por la falta de talento -errores a granel, y que me dicen de las 11 bases por bola vs Panamá-, sino por la falta de deseos, la mínima motivación, aunque por ahí alguien se llene el pecho para hablar del orgullo de representar las cuatro letras en el pecho.

Quizá sea una ilusión óptica, tal vez la holgura de los uniformes, pero da la sensación de que los peloteros cubanos no son atletas. El físico recuerda más a verdaderos agricultores que jugadores capaces de desempeñarse al tope de sus habilidades.

La Liga Élite es como una extensión de la sociedad cubana en general. Los mejores se han ido y los que quedan sobreviven como pueden, sin mucha esperanza en el futuro e impasibles al resultado.

Ganar o perder ya no resulta lo importante y a la gente de pie tampoco le interesa porque hay cosas más importantes. También deben sobrevivir en sus vidas cotidianas y dentro de un juego humano más complicado.

Cuando regresen a Cuba, una vez más se hablará de fortalecer la base, de estimular y buscar métodos novedosos para actualizar el béisbol. Quizá, con osadía, hasta se eche mano a una consigna patriótica, pero la terca realidad los llevará irremediablemente a otra Liga Élite tan aburrida y letárgica como la anterior. No pasa nada y si pasa es para peor.

“¿De verdad que no les interesa?’’, volví a preguntar al amigo en Cuba. Insistió que solo el Clásico Mundial con la incursión de profesionales, incluso de Grandes Ligas, despertaría la atención de quienes ahora buscan al Real Madrid en el Mundial de Clubes por encima de los Agricultores. “No, no interesa’’, agregó. “El béisbol ya no es lo que era’’.

Y como la va cosa, quién sabe cuándo lo vuelva a ser.