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El último éxito de Bartomeu

Soccer Football - FC Barcelona unveil new signing Pedri - Auditorium 1899, Barcelona, Spain - August 20, 2020  FC Barcelona president Josep Maria Bartomeu during the unveiling  REUTERS/Albert Gea
Huyendo de Nobita. (Foto: Reuters/Albert Gea)

Quiero pensar que, cuando alguien decidió bautizar como ‘Operación titella’ el despliegue policial para echar el guante a José Luis Moreno, quiso tener un guiño para Gerard Piqué y uno de sus tuits más recordados. Le bastó esa palabra —“títere” en catalán— para replicar a Marçal Lorente, uno de los más significados defensores de la junta del anterior presidente, Josep Maria Bartomeu.

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‘Mundo Deportivo’, uno de los medios en los que colabora Lorente, ha mostrado durante años un apoyo enfermizo a Bartomeu y los suyos. Podríamos pensar que el destrozo deportivo y financiero que han legado invita a los antiguos ‘bartolievers’ a taparse un poco, pero el término ‘enfermizo’ no está escogido al azar. La pasada semana, tras la entrega del Balón de Oro, Cristina Cubero, subdirectora del diario ‘bartorosellista’ por excelencia, hizo una lectura bastante original de la gala, en la que también fueron distinguidos Alexia Putellas y Pedri: “Esos premios son también fruto de la herencia. Cuando se habla de la herencia que dejó Bartomeu a Laporta, estos premios son la herencia que dejó Bartomeu muy positiva, sobre todo en el fútbol femenino”.

El cuajo es sobresaliente, más aún cuando no forma parte de un análisis mucho más amplio que, junto a esas dos luces, permita distinguir las numerosas sombras. Cubero ama a Bartomeu en la misma medida que odia a Laporta, al que censura incluso —y de forma reiterada— por su sobrepeso: “Sigue Laporta estupendo, moreno y orondo, le pasa como a Belén Esteban, que tanto compromiso hace imposible una dieta equilibrada”, escribía antes de las elecciones —ganadas por su Barto— de 2015. No deja pasar una ocasión para reseñar su obesidad ni para relacionarle con la telebasura: “Sería un buen colaborador del Sálvame de Luxe, donde podría debatir sobre la gestión del Barça porque en sus años de presidente pasaron cosas tan surrealistas en el club que seguro da para subir la audiencia”.

Con Bartomeu, claro, esas cosas tan surrealistas no pasaban. “Bartomeu es más killer de lo que la gente piensa. Nunca pierde esa media sonrisa que ilumina sus ojos astutos”, escribió, por lo visto sin asomo de rubor, por las mismas fechas que lo de Belén Esteban. Define al expresidente como “un tipo afable, cariñoso, cercano”, además de “uno de los tipos más inteligentes” que ha conocido. Un presidente “implacable” que “toma decisiones contundentes, asumiendo riesgos”. Y, por lo visto, le salen bien.

Su fidelidad a prueba de bombas quedó demostrada hace un par de veranos, cuando inició una breve campaña para colocar a Patrick Kluivert en el banquillo del Camp Nou. Sí, del Camp Nou. Sí, a Kluivert. Sí, en el banquillo, o sea, como entrenador. “Es el Zidane del Barça”, decía, quizá por el fútbol que, a sus órdenes, practicó la selección nacional de Curazao. Bastantes años antes nos lo había presentado como “un hombre de carácter latino, que se emociona con una buena canción o una película, que se derrite ante la sonrisa de un niño”. Como subdirectora no sabemos, pero como amiga Cristina no tiene precio. Está tardando Piqué en tuitear algo.