De no creer: los tres hermanos italianos Esposito perdieron dos ascensos y un Mundial Sub 20 con horas de diferencia

Sebastiano Esposito, Salvatore Esposito y Francesco Pio Esposito perdieron sus partidos con horas de diferencia
Sebastiano Esposito, Salvatore Esposito y Francesco Pio Esposito perdieron sus partidos con horas de diferencia

Tres hermanos italianos y un domingo para el olvido, en el que bien pudieron haber sido protagonistas de un cuento del ingenioso escritor rosarino Roberto Fontanarrosa. Con apenas horas de diferencia, Salvatore, Sebastiano y Francesco Esposito sufrieron derrotas que calarán hondo en sus carreras profesionales.

Originalmente surgidos del semillero de Inter, los tres muchachos definieron objetivos diferentes en el ámbito futbolístico, con la mala fortuna de que todos se marcharon derrotados.

El primero en salir al campo de juego fue Sebastiano, de 22 años. Con la camiseta de Bari, y de local, tenía todo a favor para que apenas con una igualdad ante Cagliari concretara el ascenso a la Serie A. Sin embargo, no se le dio. En los playoffs por el tercer boleto a la máximo división del fútbol italiano, el 1 a 1 de la ida en Cerdeña dejó la serie abierta. Con un dato clave: por su mejor posición en la tabla, el Bari se aseguraría el ascenso con apenas igualar de local.

Tal vez, solo tal vez, eso terminó jugándole en contra. Porque ante un estadio San Nicola colmado de 60.000 fanáticos, Leonardo Pavoletti ingresó como reemplazo y casi de inmediato sentenció el 1 a 0 para los rossoblu cuando se jugaba el cuarto minuto de tiempo agregado.

Con experiencia en Basilea (Suiza) y Anderlecht (Bélgica), este chico que supo convertirse en el segundo goleador más joven de la historia del Inter en la Serie A (17 años y 172 días) tendrá que dejar atrás rápido este tropiezo.

Poco después fue el turno de Salvatore. Con Spezia, en Reggio Emilia, debía definir en un desempate el tercer descenso con Hellas Verona. Ambos con 31 puntos cosechados a lo largo de todo el torneo, todo se resolvió en un juego. En un encuentro parejo, Cyril Ngonge anotó dos veces para ayudar al Verona a asegurarse su lugar en la máxima categoría. Spezia tuvo la oportunidad de remontar a mediados del segundo tiempo cuando el Verona se quedó con un jugador menos tras la expulsión el defensor Marco Davide, pero malogró un penal y todo se hizo cuesta arriba. Finalmente, Verona ganó 3 a 1, seguirá en la Serie A y el Spezia, con Salvatore en sus filas, bajó a Segunda.

A miles de kilómetros de Italia, el más pequeño de los hermanos Esposito cerró una jornada familiar para el olvido. En el Estadio Unico de La Plata, Francesco formó parte del plantel azzurro que perdió la final del Mundial Sub 20 frente a Uruguay. Comenzó como suplente e ingresó a los 10 minutos, en reemplazo de Simone Pafundi. Aunque no sumó minutos. Este delantero se destaca en el equipo Primavera del Inter.

La familia Esposito, devota del Padre Pío, es originaria de Castellammare di Stabia. Además de los tres futbolistas, la primogénita es Annamaria, de 28 años y profesora. Todos los varones llevan como segundo nombre a Pío.

Los Esposito saben de sacrificios: hace unos años no dudaron en dejar atrás su vida en Castellammare di Stabia para mudarse a Brescia, recomendados por el cazatalentos Roberto Clerici. Unos 800 kilómetros al norte del país, el foco fue el fútbol.

Nada es casual, porque el padre de todos, Agostino Esposito, supo ser defensor central en las inferiores de Napoli, y más tarde jugó y dirigió a Juve Stabia. Su padre, Salvatore, el abuelo paterno de los chicos, jugaba como mediocampista ofensivo y su cuñado Gennaro era extremo izquierdo en el equipo juvenil del Napoli. No hay dudas: en el ADN de los Esposito se respira fútbol.