A su corta edad, Isabella eligió jugar con México y quiere inspirar a más mexicoamericanas

Para muchas niñas y jovencitas que juegan básquetbol a un nivel competitivo, su sueño es vestir la camiseta estadounidense, conocida por ser una potencia en todas las edades.

Pero Isabella Escribano, una quinceañera de Santa Clarita, California, ha elegido desde una edad temprana competir representando al país de sus padres, México.

Escribano es una niña que juega como base y que impresionó a Kobe Bryant en Mamba Sports Academy, donde jugaba su hija Gianna. El legendario exjugador de los Lakers se había referido a ella como una niña "realmente buena y extraordinaria" al momento de ver driblar a sus rivales mayores que ella. A los 11 años se unió a Mamba Sports Academy y Bryant estaba buscando más integrantes de calidad para que acompañara a Escribano antes de que la leyenda falleciera en un accidente en enero de 2020, junto a su hija y otras siete personas.

Desde ese entonces, Escribano se ha inspirado en el espiritú competitivo de Bryant y ha tomado una interesante decisión en su trayectoria como basquetbolista y al mismo tiempo, está encontrando sus raíces por medio de ese deporte. Tras el trágico accidente, Escribano siguió jugando en el equipo de Nike del gimnasio y luego se unió a diferentes clubes del Sur de California, como los Creators, un equipo de Santa Clarita de varias categorías, desde Sub-9 a Sub-17, donde competía con varones.

Su habilidad con el balón es excelente, pues tiene mucho control al momento de ir hacia al ataque y su efectividad al tirar es envidiable. Su popularidad en las redes sociales, donde tiene más de 111,000 seguidores en Instagram, permite que tenga una plataforma donde demuestra su calidad como basquetbolista y ha provocado que jugadores profesionales de la NBA como Kyle Kuzma, Chris Paul, Nneke Ogwumike, y Jarred Vanderbilt, y otros, participen en sus videos.

Escribano eligió hace un año probar suerte en México y representar a ese país a nivel internacional. La diminuta jugadora de 5'2'' de estatura ya había hecho pruebas para la Sub-15, cuando apenas tenía 13. Sin embargo, en ese entonces, a pesar de ganarse un puesto en el equipo, surgieron problemas para obtener su pasaporte mexicano a tiempo y no pudo participar en los torneos.

Su momento finalmente llegó este verano de 2023 cuando participó con México en FIBA Américas Femenil Sub-16 en Mérida, Yucatán. En ese torneo fue la participante más joven del equipo mexicano y aprovechó la experiencia de competir ante potencias como Argentina, Puerto Rico, Canadá y por supuesto, Estados Unidos. Jugó un total de 50 minutos, los cuales son valiosos para la única jugadora nacida en 2008 en el torneo para jugadoras nacidas en 2007. En el torneo, tuvo un total de seis puntos y seis asistencias

“El tenerla en el equipo mexicano es algo especial porque es una niña que siempre está buscando mejorar, para sí misma y para el equipo”, indicó Efraín Acuña, entrenador del equipo Sub-16 de México.

“Es una jugadora diferente, no teme enfrentar a jugadoras más altas. Ella tiene esa chispa dentro y fuera de la cancha, que siempre inyecta al equipo y a nosotros nos da confianza”, anadió Acuña sobre la californiana. “Su toma de decisión es lo que más me gusta. No le teme a nada, toma el balón y es libre por la cancha”.

Escribano no viajó sola a sus numerosos viajes por México. Ahí estuvieron sus hermanos, especialmente Marco, su fiel ayudante en este camino tan díficil del básquetbol. Marco jugó básquetbol para Golden Valley en Santa Clarita y es la inspiración de su hermana al verlo desde joven jugar con su escuela y presenciar como este deporte hacía tan feliz a su hermano.

Pero jugar en el extranjero no fue algo sencillo. Escribano tuvo que adaptarse a varios factores en un país donde no han vivido, como el no hablar el idioma, el calor y la humedad, así como un diferente tipo de juego y distintos entrenadores. La barrera del idioma fue el primer obstáculo obvio que tuvo Escribano pues aunque entiende español, no lo habla fluidamente. Es por eso que Escribano tuvo que estudiar mucho, para aprender algunos términos dentro de la cancha.

“Nos habían dicho que era talentosa y que la querían en el equipo, pero que tenían miedo que en momentos críticos, le dijeran algo y no entendiera”, indicó su hermano Marco. “Así que se propuso aprender español, agarró un tutor, estudió con aplicaciones de teléfono y eso la ayudó a entender a sus compañeras”.

“Es una jugadora diferente, no teme enfrentar a jugadoras más altas. Ella tiene esa chispa dentro y fuera de la cancha, que siempre inyecta al equipo y a nosotros nos da confianza”

Efraín Acuña, entrenador de la selección mexicana Sub-16 sobre Isabella Escribano

Por ser la única mexicoamericana en el equipo, le trajo el obtáculo eterno de las atletas binacionales.

“Te miran diferente. Porque no eres lo suficientemente mexicana, pero tampoco eres lo suficientemente estadounidense”, reconoció Escribano, quien afortunadamente encontró varias compañeras de equipo que la hicieron sentir como en casa al poco tiempo, y también muchas de ellas vencieron la timidez y comenzaron a hablarle en inglés.

“Me hicieron sentirme cómoda, me sentí como mis hermanas mexicanas”, indicó Escribano.

En categorías mayores a la Sub-16 es común ver jugadoras nacidas en Estados Unidos en los equipos mexicanos, según su entrenador en México, pero en la Sub-16 es raro pues muchos padres no pueden o quieren mandar a sus hijas a ese país para las competencias debido al tema de seguridad. Sin embargo, la federación de basquetbol de México está intentando tener más niñas mexicoamericanas al organizar torneos, llamados “Showcases” en Estados Unidos, donde pueden hablar con jugadoras y sus padres sobre la posibilidad de que puedan representar a México, tal como lo hace Escribano en la actualidad.

Este año, la federación mexicana estará organizando pruebas para niños y niñas de 13 a 16 años en San Antonio, Chicago y Los Ángeles, así como otras ciudades por determinar.

“Estamos organizando visorías en Estados Unidos. Es lo que nos ha motivado Isabella”, declaró Acuña. “Aquí en México contamos con excelente talento, pero tenemos las puertas abiertas para nuestros paisanos en Estados Unidos y también para darle la oportunidad a todas”.

El desafío para Escribano comenzó con las pruebas para el equipo Sub-16 en Monterrey, las cuales duraron por una semana. De ahí llamaron alrededor de 30 niñas y enfrentaron a varios conjuntos universitarios, incluyendo Fuerza Regia, un talentoso club basado en Monterrey.

A pesar de destacar en las pruebas, Escribano lógicamente, también comenzó a extrañar su hogar.

“El estar en México semana a semana entrenando fue difícil”, declaró Escribano.

Pero todo sacrificio tuvo su recompensa cuando la jovencita fue seleccionada y se puso la camiseta del representativo mexicano. Ella misma no podía creer lo que había logrado, gracias a su voluntad y valentía.

“Me dije a mi misma, ‘Dios mío estoy aquí, estaba muy orgullosa de representar a mi país’. Representar a mi familia, sé que mis papás están orgullosos y mis abuelos también”, señaló Escribano, quien relató que sus papás lloraron al escuchar que iba a jugar en el equipo mexicano.

Para su hermano, Marco, lo logrado no fue sorpresa, pues siempre creyó en ella y sabía que su hermana está pasa cosas grandes.

“Desde que era pequeña y sabía lo que estaba haciendo, su visión era de jugar con México”, dijo Marco.

Escribano reconoció que salió impresionada con el ritmo de juego a nivel internacional y sobre todo, la calidad de la competencia. En la primera ronda enfrentaron a Estados Unidos, un equipo que las derrotó por el holgado marcador de 123-27.

“Fue una buena experiencia porque no todos enfrentan a las mejores. El tener esa experiencia, a esta edad es algo bueno”, indicó Escribano, quien destacó el apoyo que sintieron en México a pesar del resultado. “El sentir el apoyo y representar al país, siento que es algo que me encantó”.

De acuerdo a Marco, los resultados del equipo mexicano, el cual terminó en séptimo puesto en el torneo, no reflejaban lo que sucedió en la cancha.

“La gente se va a reir... pero yo veo ese grupo de niñas, y yo soy de los Estados Unidos, y veo que va cambiar el deporte”, afirmó Mario, quien salió muy contento esa noche debido a que presenció cómo la gente apoyó al equipo femenil de su hermana.

"Yo veo ese grupo de niñas, y yo soy de los Estados Unidos, y veo que va cambiar el deporte"

Mario Escribano, hermano de Isabella, sobre el equipo Sub-16 de México

Para el próximo año, se espera que Escribano goce de más minutos y que lidere al seleccionado mexicano en su división.

“El tener la valentía de ir ahí, el salirme de mi zona de confort valió la pena”, dijo Escribano.

De acuerdo a Marco, su hermana desea ser uno de los rostros del equipo mexicano en el futuro y que también sirva de ejemplo para las niñas que quieran representar al país de sus padres.

“Quiere que las muchachas no tengan miedo de ir para allá. Porque hay muchos padres que tienen miedo de llevar a sus hijas para allá. Era el mismo temor que nosotros teníamos”, declaró el hermano de Escribano. “Pero no tuvimos más que buenas experiencias”.

Con el equipo mexicano, por lo pronto, Escribano tiene una meta y es algo que parece increíble o hasta cómico para algunos: ganarle a los Estados Unidos.

“Sabemos que es la única meta y va a suceder”, declaró Marco. “Sé que los Estados Unidos son un gran equipo, pero mi hermana los va a vencer, sé que lo hará”.

El próximo año Escribano buscará ser parte del equipo mexicano nuevamente, mientras destaca en su preparatoria en Santa Clarita. Tras su regreso de México, Escribano ha comenzado a ser la líder en el equipo de Canyon High School. En los últimos siete juegos anotó 144 puntos, ante rivales como Harvard-Westlake y Brentwood, incluyendo un partido en el que contribuyó con 34.

De acuerdo a su entrenadora de Canyon High, Jessica Haayer, su entendimiento del básquetbol está muy avanzado, además de que tiene mucha hambre para desarrollarse. Haayer también reconoció las ganas que tiene su jugadora de aprender y mejorar. Canyon High ha ganado 9 títulos en los últimos 13 años en la liga Foothill.

"Se queda a tirar una hora antes o después de entrenar todos los días", dijo Haayer. "Por eso es quién es".

Escribano sigue con sueños de ser una jugadora de la WNBA y de ser un ejemplo a seguir para otras niñas. También tiene una línea de ropa llamada “Breaking The Curse”, con la que estaba trabajando con la WNBA.

"Es una niña con mucha chispa, cualquier cosa que se proponga lo va a lograr", dijo Acuña. "El jugar un premundial con México a esa edad no es cualquier cosa".

Su entrenadora de High School también le da mucho crédito por jugar internacionalmente en un equipo donde solamente 12 son seleccionadas en todo un país y compiten contra lo mejor de otras naciones.

"Estás jugando contra lo mejor de cada país. No creo que su equipo fue muy exitoso, pero el estar ahí como una jugadora de primer grado, es increíble", declaró Haayer, una exjugadora a nivel colegial con Humboldt State University.

Su hermano coincidió y explicó que la estrategia de Escribano es una meta a la vez.

“Ella toma una cosa a la vez. Ella quiere ser una de las mejores jugadoras de preparatoria de primer año de preparatoria en el país. Tiene muchas metas, pero lo toma un día a la vez”, indicó Marco.

“Como nos dijo Kobe: ‘hay que construir ladrillo a ladrillo. No se puede construir una casa en un día. Es ladrillo a ladrillo’”.

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.