Copa Argentina: Independiente tuvo su noche perfecta, jugó bien, eliminó a Vélez y ya está en los cuartos de final

Independiente festeja; en Jujuy dio otro paso en su mejoría
Independiente festeja; en Jujuy dio otro paso en su mejoría - Créditos: @Telam

Independiente vivió una noche perfecta en Jujuy. No solo derrotó de manera inapelable a Vélez por 2 a 0 para meterse en los cuartos de final de la Copa Argentina, sino que su imagen, tan discutida durante meses, empieza a dibujar una sonrisa cada vez más confiada.

La confianza, justamente, es un activo de extremada volatilidad. Puede sufrir vaivenes tan notables como la cotización de las acciones en las bolsas. Y como ellas, es capaz de alcanzar valores impensables en apenas un par de sesiones y sin que necesariamente existan razones convincentes para explicarlo.

Hace solo un par de semanas, Independiente era un valle de lágrimas azotado por las desgracias. Nada salía bien, en ningún aspecto. No había juego colectivo ni individualidades que salieran al rescate, se sucedían las frustraciones, Julio César Falcioni caminaba en la cuerda floja y el pronóstico indicaba un naufragio inminente. Pero bastó un triunfo -el 3 a 0 a Aldosivi- para torcer el rumbo de manera radical.

Festeja Benegas, autor del segundo tanto del Rojo
Festeja Benegas, autor del segundo tanto del Rojo - Créditos: @Twitter @Independiente

Hace un mes y medio, Vélez vivía en el paraíso. Había eliminado a River de la Copa Libertadores demostrando, sobre todo en Liniers, un nivel sobresaliente que estiró para superar también a Talleres. Hasta que llegó Flamengo, le desfiguró la autoestima a base de toques y goles, y le llenó de dudas el presente.

El fútbol que se practica en la Argentina, tan equilibrado, tan mediocre, agranda hasta la exageración el valor de la confianza. Se nota en los equipos y también en los jugadores.

Ahí está el caso de Leandro Fernández, delantero denostado por propios y extraños hasta hace muy poco, y actualmente en estado de gracia. En Jujuy, cuando el partido todavía se estaba desperezando, controló un pase corto de Lucas Romero y soltó un latigazo cruzado a ras del suelo que se metió en la ratonera junto al palo zurdo de Leonardo Burián. Más tarde, a los 10 de la segunda mitad, fue a buscar dentro del área una cortada de Leandro Benegas, el balón le pasó entre las piernas, engañó al arquero y se fue despacito hacia la red. No fue suyo el gol, pero le corresponde el 50 por ciento de la autoría.

Del otro lado se puede tomar el de Nicolás Garayalde. Elegido como figura en aquellos duelos de Copa, hoy parece haber perdido la brújula en la mitad de la cancha. Superado cuando intenta recuperar y sin chispa cuando se trata de jugar.

Leandro Fernández, el jugador del momento en este Independiente renovado
Leandro Fernández, el jugador del momento en este Independiente renovado - Créditos: @Twitter @Independiente

El primer tiempo de un partido entre equipos en circunstancias similares -para ambos la Copa Argentina era el único puente posible a la Libertadores 2023, ninguno de los dos pasó nunca de los cuartos de final en esta competición- se movió en función de esos parámetros. Pudo sentenciar la serie el Rojo en la etapa inicial. Por dominio en todas las líneas y por las cuatro chances claras que se le escaparon a Benegas. Burián le quitó la primera con una tapada fenomenal a los 17; Francisco Ortega le tapó otra desde el suelo y casi en la raya a los 19; y entre medias se le fueron desviados un par de cabezazos.

En ese lapso el Fortín solo dio alguna señal de vida a través de la gambeta de Luca Orellano por derecha, aunque Milton Álvarez recién debió trabajar en la última jugada, cuando voló para desviar al córner un tiro libre del propio Orellano.

La tendencia de ambos volvió a hacerse presente a la vuelta del vestuario. Vélez salió intentando una reacción, y el Rojo le respondió con el citado golpe a medias entre Fernández y Benegas, entre afortunado y prematuro. Demasiado cuando el espíritu anda escaso de pilas.

Se tiró unos metros atrás Independiente, bien afirmado en la tarea de Iván Marcone y Lucas Romero en el doble cinco, no pasó mayores sobresaltos, y hasta pudo ampliar la ventaja en un par de situaciones. Ganó sin discusión su tercer partido consecutivo, se metió en cuartos de la Copa -Talleres, su próximo rival- y siguió aumentando la cotización de su confianza. ¿Quién podía augurar una noche tan perfecta hace solo algunas semanas?