La Copa América 2019, cuando se terminó de formar la selección de Scaloni y surgió el Messi “Gran Hermano”

Leandro Paredes junto a Lionel Messi, en el partido ante Qatar
Leandro Paredes, uno de los primeros "socios" de Messi en su regreso a la selección argentina tras la decepción en Rusia 2018 - Créditos: @Fabián Marelli

DOHA.- No era ni siquiera un plantel. Era apenas una lista de jugadores. En marzo de 2019, el seleccionado debía afrontar dos amistosos previos a la Copa América: Venezuela y Marruecos. Scaloni había sido confirmado hasta Brasil y Messi regresaba tras Rusia 2018. 14 de los 31 nominados nunca habían practicado con Leo. Todo salió mal ante Venezuela. Argentina perdió 3 a 1. Angelito Correa anotó el gol del triunfo ante Marruecos en un partido con mucho viento y muchas patadas. El 10 no jugó ante los africanos por una lesión.

De vuelta en Barcelona, se cansó de que pusieran en duda el diagnóstico médico y les concedió una nota a Martín Souto y Pablo González por FM 94.7. Es el reportaje más significativo de su historia con el seleccionado nacional. El mensaje, el tono, las palabras. “Papá, ¿por qué vas a Argentina si no te quieren?, me dice Thiago. No voy a salir a decir todos los días que amo a la selección. Voy por mi cariño. Quiero ganar cosas. Se hace difícil disfrutar de cosas con el entorno de la selección argentina. Me dedico a jugar y lo voy a seguir intentando”. En esa ventana de partidos, Rodrigo De Paul y Leandro Paredes abrieron una mucho más grande. Tocaron su puerta. Lo invitaron a jugar a las cartas y a tomar mates. Descolgaron el póster.

Dybala, en acción en el reciente amistoso contra Marruecos, en Tánger
Lionel Messi no disputó minutos en el último encuentro previo a la Copa América 2019, contra Marruecos, pero lo que ocurrió en la intimidad fue fundamental

Scaloni lo había pedido explícitamente en una entrevista con La Tercera de Chile, en mayo de 2019: “Hay que tomar a Messi como una persona normal. Es necesario los jugadores se acerquen a hablar con él en el desayuno, en el vestuario. Luego todo fluirá en la cancha. Debe pasar”.

La Copa América 2019 es el torneo fundacional. Empezó a aparecer el equipo contra Qatar. El LPD más el eje del MAL: Messi, Agüero y Lautaro. Creció con Venezuela en cuartos y pagó contra Brasil en semis. Hubo llantos en la cancha. Dentro del vestuario triste y furioso por la derrota, ocurrió algo trascendente que explica esta hermandad. El capitán felicitó a sus compañeros y les dijo: “Del árbitro y del VAR hablo yo”. La reunión terminó con aplausos. Paró ante las cámaras y soltó: “Se cansaron de cobrar manos boludas, foules boludos, penales pelotudos y nunca fueron al VAR. Maneja todo Brasil. Estamos hartos de toda esta corrupción”. Expulsado en el partido por el tercer puesto, no se presentó a la premiación, volvió a decir lo mismo ante los periodistas y pidió que se bancara al cuerpo técnico. La CONMEBOL lo suspendió solamente por tres meses y lo multó con 50.000 dólares.

Claudio Tapia se inmoló y dejó su cargo en Sudamérica para que la pena fuera así de leve. La asociación con Maradona fue inmediata. “Ahora canta el himno, putea, este es el Messi que queremos”, festejaba la gente. Ese Messi calentón y competitivo siempre estuvo ahí. Hay un montón de ejemplos que confirman esta faceta desde Alemania 2006 hasta hoy en la selección y en los clubes. Esta vez lo expuso públicamente. Por primera vez en su carrera era el Gran Hermano de un plantel. Sintió que debía asumir ese rol. Tenía que hacerlo por el grupo. El mensaje fue determinante hacia adentro más allá del impacto mediático. Ahora sí sus compañeros estaban dispuestos a morir por él y por cualquier integrante. Si tocan a uno, nos tocan a todos.

Messi dejaba de ser solamente el ídolo. Se convertía en algo más trascendente que eso: el líder, el mentor, el faro. Nunca estuvo en debate lo que Messi podía hacer por el equipo dentro del campo. Era al revés: qué podía hacer el equipo por Messi. Se sembró en la adversidad ante Brasil. El paso del tiempo, las convivencias, los mates, las charlas, las cartas, los entrenamientos, los partidos, el juego y, por supuesto, las victorias lo hicieron crecer. Dibu Martínez y Cuti Romero le agregaron solidez, personalidad e irreverencia. La consagración ante Brasil los liberó. Este equipo disfruta porque gana y gana porque disfruta. Ha forjado una personalidad inquebrantable para sobreponerse a las malas noticias como las ausencias de Lo Celso, Nico González, Joaquín Correa y antes Agüero.

La obtención de la Copa América 2021 fue fundamental para fortalecer mentalmente al grupo
La obtención de la Copa América 2021 fue fundamental para fortalecer mentalmente al grupo - Créditos: @Buda Mendes

Cada integrante es especial para este grupo. El espíritu colectivo lo blindó ante el mamporro inesperado de Arabia Saudita. Cerraron el círculo. Atravesaron el momento. #TodosJuntos. La cercanía de sus familias y amigos ayudó a que la concentración fuera más llevadera. El cuerpo técnico promovió esa apertura. En un detalle maravilloso, Scaloni tuvo la sensibilidad para poner a Foyth, Dybala y Ángel Correa unos minutos en la semi ante Croacia. Gio Lo Celso festejó con el LPD en el vestuario post semifinal. Musso, Martínez Quarta, Nico Domínguez, Joaquín Correa y Nico González han llegado a la concentración para acompañar en la vigilia. Kun dormirá con Messi en “nuestra pieza”, como le dijo Leo en el stream más celebrado del año. El sentido de pertenencia brota por todos lados. Aquel vestuario perdedor de Brasil 2019 explica todo. Ahí arranca la reconstrucción del alma para la selección castigada por las derrotas en tres finales y un desastroso Mundial de Rusia 2018.

El QMB de Messi a Weghorst, las fotos top model de Papu, Ota y RDP en cada concentración, Gómez/Beckham, el Twitch con Kun, los vivos en Instagram, la identificación con los hinchas, los “putos periodistas”, las canciones nuevas, los sobregiros emocionales, la falsa e injusta reputación de Bad Boys, Gio en el vestuario post Croacia. Todo nació allí. Cambiaron la historia desde todos los ángulos imaginables. De aquella lista a esta familia. Crecieron como equipo y como grupo. Se protegieron como una banda de pandilleros. Les queda una. Para salir campeón, deben ganarle al campeón.

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Argentina está a un paso de consagrarse campeón mundial de nuevo, pero debe superar a un viejo verdugo, Francia