Ya comenzó el plan de retiro de Felix

Allyson Felix después de ganar la final de 200 metros en las pruebas olímpicas, en Sacramento, California, el 18 de julio de 2004. (Vincent Laforet/The New York Times)
Allyson Felix después de ganar la final de 200 metros en las pruebas olímpicas, en Sacramento, California, el 18 de julio de 2004. (Vincent Laforet/The New York Times)

Allyson Felix todavía no acaba.

Cuando salió de la pista en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, acababa de ganar la décima primera medalla en su carrera, con la cual superó a Carl Lewis y se convirtió en la atleta estadounidense de pista y campo más condecorada de la historia olímpica.

Felix, de 36 años, había demostrado todo lo que había que demostrar. El hecho de que sus palabras pudieran ser el inicio de una protección generalizada para las atletas embarazadas. El hecho de que pudiera regresar al podio olímpico después de dar a luz a su hija, Camryn, tras una cesárea de emergencia en la trigésima segunda semana. El hecho de que pudiera ganar esas medallas usando zapatos de su propia marca.

Después de Tokio, sin duda habría tenido sentido colgar los tachones, para pasar las siguientes décadas asimilando sus logros.

No obstante, estamos hablando de Allyson Felix.

Faltaba algo, algo más que celebrar, otras pocas vueltas de honor de 400 metros que correr. Anunció sus intenciones en abril en redes sociales. “Quiero despedirme y agradecerles al deporte y a la gente que me ha ayudado a darme forma de la única manera que sé hacerlo: con una última carrera”, escribió.

Este fin de semana, comenzará en serio esa celebración con los campeonatos nacionales al aire libre en Estados Unidos, seguidos, si todo sale como lo tiene planeado, de los Campeonatos Mundiales que se llevarán a cabo en julio en Oregón y marcarán la primera ocasión en que la competencia se efectuará en Estados Unidos. Según Bob Kersee, su entrenador, sería una última temporada a la altura.

Allyson Felix de Estados Unidos después de ganar la medalla de bronce en la final de los 400 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio, el 6 de agosto de 2021. (Doug Mills/The New York Times)
Allyson Felix de Estados Unidos después de ganar la medalla de bronce en la final de los 400 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio, el 6 de agosto de 2021. (Doug Mills/The New York Times)

El miércoles por la mañana, Felix anunció su compromiso más importante fuera de la pista hasta el momento. Ahora es miembro del consejo y dueña de Voice in Sport, una empresa activista y de mentoría que fundó Stef Strack y vincula a jóvenes atletas mujeres con mentores que practicaron deportes profesionales y expertos en salud mental, nutrición y ciencia del deporte.

“Ambas hemos intentado realizar un cambio dentro de los sistemas actuales, con éxitos y fracasos”, comentó Strack, exejecutiva de Nike. “Y coincidimos en torno a esta idea de que llegó el momento de crear el futuro que queremos ver para nuestras hijas”.

En una entrevista con The New York Times previa a sus últimas carreras nacionales y de campeonatos mundiales, Felix habló sobre cómo decidió alejarse de las competencias, cómo descubrió el poder de su plataforma y qué tipo de legado espera dejar.

Esta entrevista ha sido resumida y editada con fines de claridad.

P: ¿Cómo decidiste competir en una temporada más después de ganar otras dos medallas olímpicas en las Olimpiadas de Tokio? ¿Cómo fue el proceso de esa decisión?

R: En realidad, fue más difícil de lo que pensaba. Sabía que eran mis últimas Olimpiadas, pero no estaba segura de si quería competir en otra temporada. Mucha gente me decía: “Sería increíble terminar en casa, en tu país, en Oregón”. Y eso sonaba muy bien, pero estaba agotada del año anterior y no sabía si tenía la capacidad. Nunca había tenido ese sentimiento. No estaba segura de tener esa hambre dentro de mí.

Pero hablé con mi entrenador y me dijo: “Sinceramente, creo que solo deberías hacer una última gira y disfrutarla”.

P: ¿Puedes divertirte haciéndolo? ¿Eres capaz de apagar el interruptor del modo competencia cuando ves la línea de meta?

R: En realidad, nunca había bajado el ritmo. Siempre había estado muy enfocada en el objetivo, cualquiera que hubiera sido ese año. Y creo que nunca me había tomado el tiempo para solo apreciar y disfrutar… disfrutar el viaje y la competencia por lo que es y no que el disfrute estuviera ligado a ganar o perder. Entonces, esa parte simplemente es una experiencia muy distinta para mí. Ha sido muy complicado. Intento recordarme que no debo perder la concentración para disfrutar este momento porque ya se acabó todo.

P: Fuera de la pista, te has convertido en una feroz defensora de las atletas y la equidad de género. Pero has declarado que te costó bastante llegar hasta ese punto, sentirte cómoda usando tu voz y tu plataforma. ¿Cómo empezaste a alzar la voz?

R: Nunca llegué al lugar en el que me sintiera bien al respecto. Me daba mucho, pero mucho miedo. En cierto momento, sentada en la habitación de mi hija —acabábamos de llegar a casa de la unidad de cuidados intensivos neonatales—, todavía no estaba convencida de alzar la voz y escribir el artículo de Opinión.

Pero creo que tener una hija, haber pasado apenas por la locura que es la experiencia del parto y estar sentada ahí viéndola fue el tipo de situación en la que simplemente… sentí que debía hacerlo. Sin importar las consecuencias, iba a seguir adelante porque en lo más profundo de mí creí que era lo correcto.

P: El artículo de Opinión que escribiste para el Times, en el cual detallas la falta de protecciones para la maternidad de las nuevas madres, se publicó en mayo de 2019. Nike cambió sus políticas ese agosto y un sin fin de empresas atléticas han creado nuevas políticas de maternidad. ¿Esperabas ese tipo de cambio generalizado y la admiración de tus colegas atletas?

R: Hice lo que debía y necesitaba hacer. He tenido varios momentos así desde entonces, en los que estoy en una carrera y cuando acabamos una persona contra la que competí se me acerca, me agradece y me cuenta los detalles de su historia o algo por el estilo. Y eso simplemente no me cabe en la cabeza porque pienso: “Vaya, nunca pensé que las cosas cambiarían rápido”. Nunca pensé que viviría esos momentos; aunque esperaba que fuera para las mujeres que vienen detrás de mí, no pensaba que me dijeran algo al respecto.

P: Una de tus nuevas sociedades —y compromisos de tiempo— más importantes fue anunciada el miércoles por la mañana, al convertirte en dueña de Voice in Sport. ¿Cómo decidiste afiliarte con la organización de una manera tan significativa?

R: Quiero que nuestras niñas sean más sanas y tengan más recursos para enfocarse en su salud mental y en su nutrición de una manera más saludable. Pienso que, de pequeña, si hubiera tenido acceso a algo así, me habría emocionado mucho. Creo que mi mamá se habría emocionado mucho porque me parece que muchos padres quieren poner a sus hijos en el camino correcto y puede ser muy confuso y complicado. Para mí, eso en verdad va a cambiar las cosas.

Ahora, más que nunca, estamos viendo que la gente joven quiere tener un impacto, quiere usar su voz y entrar en acción. Y ahora me veo con mucho más tiempo para involucrarme como mentora y miembro del consejo.

P: Cuéntanos un poco sobre las mentorías que te ayudaron a lo largo de tu carrera.

R: Jackie Joyner-Kersee ha sido mi mentora a lo largo de la mayoría de mi carrera y ha tenido un impacto significativo en mi vida. Es la esposa de mi entrenador y creo que empezó a ser mi mentora cuando tenía unos 19 años. Claro que la admiraba desde un punto de vista atlético, pero llegar a crear una relación con ella y ver que yo le importara —y no solo por mi desempeño en la pista, sino como persona— simplemente resonó y se quedó en mí.

Me ha visto evolucionar, pasar de ser una chica muy tímida a verme enfrente del Congreso. En cada momento, puedo contar con Jackie. Puedo tomar el teléfono y llamarle. Recuerdo que, cuando estaba pasando por lo del embarazo, lo de Nike y todo eso, le hablé varias veces para decirle solamente: “No sé qué está pasando”. Y ella siempre siempre estuvo ahí para mí.

Me enseñó a hacer eso por alguien más.

P: La palabra “legado” se escucha mucho cuando alguien como tú deja las pistas. ¿Cuál quieres que sea tu legado?

R: Siempre pensé que diría: “Ah, esos récords, estas Olimpiadas y así”. Y los últimos años han cambiado eso. Espero que sea uno que muestre que intenté cambiar las cosas, que dejé las cosas mejor de lo que estaban cuando llegué y en verdad tener compasión por las personas.

Creo que a eso se reduce todo, intentar hablar por los que no tienen una voz tan fuerte. Es de lo que me enorgullezco más, es lo más significativo y al final de cuentas eso es lo que más importa.

© 2022 The New York Times Company