Collin Morikawa figura segundo en The Players y tiene un solo objetivo: volver a ser campeón en el PGA Tour

Collin Morikawa pega su drive en el hoyo 8
Collin Morikawa pega su drive en el hoyo 8 - Créditos: @SAM GREENWOOD

The Players es uno de los torneos que le solucionan la vida profesional a cualquier jugador. Primero, porque entrega 4 millones y medio de dólares al campeón y la invitación para los cuatro majors de la temporada. Y además, porque otorga una exención en el PGA Tour hasta 2028 inclusive –un colchón invalorable para jugar con menos presiones- y 600 puntos para la FedExCup, entre otros beneficios. Chad Ramey, el puntero hasta la primera vuelta con un total de 64 golpes (-8), empieza a relamerse con la chance de dar un gran salto en su carrera, aunque entiende que apenas van 18 hoyos. Igual, ya sabe lo que es triunfar; lo disfrutó en el torneo de Punta Cana en 2022, título que le empezó a abrir algunas puertas en la máxima gira.

En realidad, la mirada no está puesta en Ramey, de 30 años y formado en la Universidad de Mississippi State. Más bien, se dirige a jugadores del estilo de Collin Morikawa, el norteamericano de raíces asiáticas que figura a apenas un golpe de la punta y ya ganó dos majors. En sus primeros tres años en el tour se alzó con el PGA Championship 2020 y el Abierto Británico de 2021, además de otras tres coronaciones. Aunque en los últimos tiempos no pudo revalidar todo lo bueno que había demostrado en sus comienzos ni aquel elogio casi unánime que lo apuntaba como “la extensión de Tiger Woods”, debido a su pasmosa seguridad en el campo. Así es como hoy, a los 26 años, lucha para cortar con la sequía de resultados.

Es prometedor el arranque de Morikawa, que lleva un destacable registro de cortes superados en su paso global en el PGA Tour (70/83). Si este viernes consigue nuevamente dominar el campo de TPC Sawgrass se perfila para suceder a Cameron Smith, el australiano que se vio impedido de defender el título porque se incorporó al LIV Series, la gira financiada con fondos árabes que fue quitándole figuras por goteo a la gira comandada por Jay Monahan.

En su intención de reencontrarse con el éxito, Morikawa tuvo que redoblar esfuerzos. La semana pasada no pasó el corte en el Arnold Palmer Invitational y de inmediato condujo dos horas desde Orlando hasta Ponte Vedra Beach para aprovechar las instalaciones de práctica privadas de TPC Sawgrass, en lugar de tomarse un descanso del juego. La cancha estaba cerrada al público en preparación para The Players y muchos de los compañeros de Morikawa todavía competían en Bay Hill.

Además de los ensayos de chipping y en el putting green, Morikawa se concentró en su swing completo: tiró pelotas durante dos horas por jornada en cada uno de los siguientes tres días utilizando la parte trasera del campo. “Probablemente golpeé cinco bolsas de pelotas el sábado y otras cinco o seis el domingo y luego otras cinco o seis el lunes, lo que rara vez hago”, contó, después de emplear 65 golpes (-7). “Busqué sensaciones de nuevo, fue grandioso”, reconoció. Y además, opinó sobre la cancha: “Es un campo en el que no podés salirte con la tuya: hay que pegarle bien desde el tee y, obviamente, hacer buenos golpes de aproximación para darte oportunidades de birdie. Eso es lo que pude hacer en esta primera vuelta”.

Si se habla de figuras, la absoluta contracara fue Rory McIlroy, que se frustró con una tarjeta de 76 golpes (+4) que lo condiciona demasiado para la segunda ronda. Antes del arranque, el norirlandés había sorprendido con una declaración: “No me voy a sentar acá a mentirles: la llegada de LIV, o de un competidor del PGA Tour, nos ha beneficiado a todos los que jugamos golf profesional en la élite. Trajo un montón de innovación y, lo que es mejor, un sistema anticuado está siendo ahora reevaluado para adaptarse al siglo XXI con todos los medios y redes sociales. Cuando eres la gira más grande del mercado en el mundo durante los últimos 60 años no tienes un incentivo”.

Mientras tanto, Emiliano Grillo abandonó el Club House con una sonrisa, porque tuvo un rendimiento de menor a mayor y su vuelta hasta pudo ser mejor, de no haber sido por una pelota que le quedó en la boca del hoyo 17 para birdie. Así, el chaqueño totalizó 70 golpes (-2). después de tres bogeys en los tres primeros capítulos y una notable recuperación con los birdies en los hoyos 5, 9, 10, 11 y 16. Y la joya de la jornada fue el hoyo en uno de Hayden Buckley, que acertó en la isla del 17 y se convirtió en el undécimo jugador en embocar desde el tee de salida en ese icónico par 3, en un certamen que se disputa desde 1974.