El clásico entre Universidad Católica y Universidad de Chile se vio forzado a detenerse a los 30 minutos de juego, luego de que se desataran los incidentes en una de las tribunas del Estadio Municipal Alcaldesa Ester Roa.

Sobre el césped de Concepción hubo proyectiles desde una grada con hinchas de la U, que cayeron cerca del cuarto árbitro, Diego Flores, lo cual puso en riesgo su integridad física. Esto llevó a que el juez principal, Francisco Gilabert, decidiera el aplazamiento del partido.

El damnificado se tomó el oído tras quedar resentido por el estruendo y caminó varios metros en esa condición. Si bien hubo largas charlas y reuniones para permitir la continuidad del juego, las autoridades coincidieron en que lo mejor era interrumpir definitivamente el duelo.

En lo que llegó a jugarse en el choque entre las universidades, hubo poca emoción y una escapada de Lucas Assadi hacia el arco de la UC pareció ser una amenaza, pero Ignacio Saavedra lo detuvo al tomarse la camiseta. Esto le valió ser amonestado.

Ahora, sólo restará información oficial para saber si este partido podrá tener continuidad o si le quitarán los puntos al conjunto azul dado el comportamiento de sus barristas.

Foto: @Cruzados