Carlos Vela y su gesto de clase y educación con León tras perder la final de Concacaf

Carlos Vela ha sido el líder de Los Ángeles Football Club desde su arribo a la institución, como jugador franquicia, en el 2018. El atacante mexicano ha construido su propio mito en la Major League Soccer: 86 goles y 49 asistencias en 159 partidos. Con un futbol siempre vistoso, lastimosamente para su causa, el cuadro angelino se ha quedado ya dos veces a las puertas de acceder al Mundial de Clubes.

En ese camino, en esta ocasión, se interpuso el León. El final feliz fue para el club de la Liga MX. El año pasado, el Seattle Sounders había vencido a Pumas en el partido decisivo por la supremacía de la Concachampions. El equipo de Nicolás Larcamón tenía la premisa de retomar ese liderazgo en la zona y, además, de ganar el primer torneo de Concacaf para el club. El partido de Ida, con el 2-1 para los Esmeraldas, había dejado el cotejo encaminado.

Y en la vuelta se hizo valer esa renta. Lucas Di Yorio apareció en el primer tiempo para poner el 3-1 global y final. No pudo encontrar los caminos el local para hacer daño a un visitante bien organizado y que de manera constante amenazaba al espacio. Al finalizar el partido, y tras la premiación, las cámaras se enfocaron en Carlos Vela, el capitán e ídolo de los californianos. Era normal. Nadie carga con más peso mediático en el equipo, incluso con el boom de Denis Bouanga en los últimos meses.

Durante toda la serie el mexicano fue anulado por la defensa de León, que ya estaba consciente –lo vieron en 2020– de lo que puede hacer. Sin embargo, en esta ocasión Vela derrumbó la supuesta imagen de arrogancia que de él han tratado de vender algunos. Esperó a que los jugadores de León fueran premiados y alzaran el trofeo de campeones, en un ejemplo de lo que debe hacerse en estos casos. Mientras la mayoría de sus compañeros se fueron al vestidor, él esperó junto a su familia, para luego tener ese gesto de clase y deportividad.

También es preciso reconocer que León se comportó con categoría en todo momento. Incluso con las polémicas arbitrales que hubo en el primer partido, el campeón fue sensato y no entró en peleas absurdas. Fue un ejemplo, el de ambos equipos, de cómo asimilar la victoria y la derrota. Y Vela puso la cereza en el pastel con el justo reconocimiento al vencedor. Esta rivalidad no ha terminado. El próximo mes de julio empezará la Leagues Cup, en la que se enfrentarán todos los equipos de ambas ligas.

Por ahora, el desenlace dejó a León con la ventana del Mundial de Clubes abierta y la misión de volver, al menos, a unas Semifinales, pues los últimos dos participantes, Monterrey en 2022 y Seattle Sounders, en 2023, se fueron eliminados en el primer partido. Para LAFC seguirá la deuda latente. En ambas ediciones, 2021 y 2023, se han quedado a un paso. Hace dos años, Vela había firmado una actuación individual de altos vuelos. Fue clave en las eliminaciones de León, Cruz Azul y América: a todos les anotó gol. Sin embargo, pese a dejar fuera a tres rivales mexicanos, en la Final, Tigres venció 2-1 a los angelinos y se quedó con la Copa.

Lo más normal sería que Los Ángeles pueda competir por el título de la MLS, de nuevo, este año. Son los vigentes campeones y marchan terceros de la Conferencia Oeste, con 25 puntos, a tres de distancia del St. Louis City, el impresionante nuevo inquilino de la MLS que ha roto todos los pronósticos en este año. Mientras tanto, Vela, pese a no ganar este título, sigue siendo el referente del club y ha demostrado que su calidad no sólo pertenece al campo de juego, sino también afuera: su deportividad lo hace grande. Le dolió perder, como se vio en las imágenes, pero eso no evitó que reconociera al vencedor. Durante muchos años hubo una narrativa que trató de venderlo como un villano para el futbol mexicano (por negarse a jugar con el Tri). Eso ha quedado enterrado para siempre.

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