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Carlos Rodríguez y la generación que quiere destronar de una vez a Alberto Contador

Carlos Rodríguez cruza la línea de meta en la pasada Ruta de Occitania, donde acabó segundo en la general. (Photo by Dario Belingheri/Getty Images)
Carlos Rodríguez cruza la línea de meta en la pasada Ruta de Occitania, donde acabó segundo en la general. (Photo by Dario Belingheri/Getty Images)

A menos de quince kilómetros de meta, con uno y medio aún de ascensión al Coll de Sa Creu, Carlos Rodríguez nota que Juan Ayuso no va bien. Le ha costado cerrar el hueco en un ataque anterior de Jesús Herrada y no parece fino. Sin duda, el catalán aún no se ha recuperado de las molestias que le hicieron retirarse de la Dauphiné y se pega a la rueda del granadino, pero sin mucha convicción. Se conocen bien. Llevan años corriendo en categorías inferiores y formaron parte del equipo español en el Tour del Porvenir de 2021, como también formó parte Raúl García Pierna, campeón de España contrarreloj.

Rodríguez nota la debilidad de Ayuso y, efectivamente, en cuanto se pone de pie sobre la bici y acelera el ritmo, el de UAE se hunde. Herrada y Aranburu intentan un último esfuerzo porque los dos son rápidos, tienen experiencia y un kilómetro de subida tampoco es tanto. Sin embargo, no sirve para nada. Rodríguez, a sus 21 años (los mismos de García Pierna, dos más que Ayuso), llega a lo alto de la subida con diecisiete segundos. Suficientes. En meta, serán 51, porque el chico no solo sube de maravilla, no solo se defiende en la contrarreloj sino que sabe bajar tomando los riesgos justos pero necesarios.

Es una generación nueva y maravillosa y nos va a dar todas las alegrías que llevamos siete años sin saborear. La última gran vuelta ganada por un español fue el Giro de Italia que se llevó Alberto Contador en 2015; el último monumento, la Lieja de Valverde en 2017, un año antes de proclamarse campeón del mundo. Los dos nacieron a principios de los 80. Uno lleva años retirado y el otro lo hará este verano. La generación de los 90 se ha quedado a medias por decir algo, pero aquí están estos chicos nacidos ya a partir de 2000, y el que más preparado parece, más allá del triunfo de ayer, es Carlos Rodríguez.

A estas edades es difícil elegir entre papá y mamá porque todos parecen buenos, pero Rodríguez presenta algunas ventajas sobre Ayuso o García Pierna. De entrada, está en un equipo en el que es más importante. Rodríguez corre en el todopoderoso INEOS, y además corre mucho: este año le han llevado a Valencia, Andalucía, Cataluña, País Vasco, Strade Bianche, Flecha Valona... y, recientemente, a la Ruta de Occitania, donde quedó segundo, solo por detrás de un sideral Michael Woods.

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Rodríguez corre mucho porque corre muy bien. Se llevó una etapa World Tour en la Itzulia, acabó tercero en Valencia, cuarto en Andalucía, hizo top 15 en la Volta... Además, cuenta con una ventaja: ahora mismo, el INEOS es un equipo descabezado. Tras el accidente de Egan Bernal a principios de año, es lógico que se haya abierto una cierta batalla por suceder al colombiano como líder si no consigue recuperarse al cien por cien. Ahí está el veteranísimo Geraint Thomas, ahí está el brillante Daniel Martínez, ahí está el constante Adam Yates... y ahí está también Carlos Rodríguez, esperando su oportunidad.

Sabemos también que los ingleses no tienen prisa con el granadino. Está claro que es una de las joyas del futuro, no quieren que ese futuro llegue demasiado pronto. Es marca de la casa, con la excepción de Bernal, que derribó la puerta sin pedir permiso a nadie gracias a una calidad indomable. Probablemente, el año que viene, Rodríguez irá al Tour a curtirse, a trabajar para el líder de turno y aprenderse cada curva de cada subida... y en dos años, quién sabe, puede que esté para cosas más grandes.

En cuanto a Ayuso, baste con decir que es dos años más joven. Volvemos a lo de siempre: ni siquiera debería estar ahí. Hizo una contrarreloj fabulosa en la Dauphiné, pero luego enfermó y tuvo que retirarse. Campeón del Girino del año pasado con cierta suficiencia, el paso a profesionales ha mostrado a un corredor valiente y consciente de su calidad. Quedó quinto en Cataluña, cuarto en Romandía y habría quedado entre los diez primeros de la Dauphiné si hubiera conseguido acabarla. Insistimos: diecinueve años.

Tal vez, el mayor problema al que puede enfrentarse Ayuso en las grandes vueltas es precisamente la ventaja que le otorgábamos a Rodríguez: su equipo. Compartir galones con Tadej Pogacar parece ciencia ficción. El esloveno tiene 24 años, le quedan 6-7 de absoluto dominio y, desde dentro, va a ser complicado quitarle la silla. Si quitamos eso, el futuro es esplendoroso. También para García Pierna, que tiene el inconveniente de correr en Kern Pharna, un equipo que no es World Tour. Da la sensación de que pronto cambiará de aires. No puede ser que se esté perdiendo el calendario de élite y no sepamos exactamente cuál es su lugar entre los grandes del pelotón.

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