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Carlos Arciniegas, el inagotable atleta colombiano de 79 años

Bogotá, 18 ago (EFE).- A punto de cumplir 80 años, el colombiano Carlos Enrique Arciniegas, con un récord Guinness a sus espaldas, no se rinde y sigue haciendo deporte de alto rendimiento. Su salud se mantiene intacta, la motivación es la misma que tenía hace 30 años y las sudaderas hacen parte de su día a día y lo harán hasta que el cuerpo se lo permita.

Radicado en Cuba hace más de 20 años, Arciniegas lleva más de tres décadas dedicado al triatlón y hoy sigue haciendo ejercicio de alto nivel, como confiesa a Efe, para mantenerse en buen estado de salud e inspirar a los más jóvenes.

"Lo hago por mí mismo, por superarme, por no padecer ninguna enfermedad. Tengo muchos espejos allá (en Cuba) en la gente que no hace deporte y es muy sedentaria. También he inspirado a gente a que lo haga y, sobre todo, desde la temprana edad", afirma sonriente en su casa familiar de Bogotá.

Allí tiene un cuarto empapelado del piso al techo con los recortes de periódicos en los que ha aparecido desde hace más de 60 años, pues cuando era joven participó incluso en la primera edición de la Vuelta de la Juventud, la tradicional carrera ciclista que impulsa el talento nuevo.

En las paredes también reposan decenas de trofeos y medallas de competencias que ha ganado a lo largo de su vida, así como muchas fotos con su hijo Juan Carlos, su compañero de aventuras y quien le ha ayudado durante muchas décadas a cumplir sus objetivos.

En esa habitación especial también está el libro de los Récords Guinness de 1997, en el que aparece su nombre por haber realizado el duatlón más largo de la historia: desde Bogotá hasta Houston, un recorrido de 8.400 kilómetros en 129 días.

MANTENERSE EN ACTIVO

El pasado 28 de julio, Arciniegas participó en el Campeonato Panamericano y Sudamericano Máster de Natación 2022 en la prueba de aguas abiertas, en la que logró un meritorio segundo lugar en la categoría de mayores de 80.

Este torneo, en el que representó a Cuba, estuvo motivado porque las competencias oficiales se habían aplazado por cuenta de la pandemia de la covid-19.

Sin embargo, y pese a las dificultades, provocadas no solo por la pandemia sino también por los problemas económicos de la isla, el veterano atleta trata de mantener la rutina que le ha permitido mantener su buen estado físico durante tantos años.

"Cuando yo llego a Cuba me preparo mejor porque tengo una rutina diaria para hacer las cosas. Monto en bicicleta todos los días, hago dos o tres horas de natación y regreso a la casa por ahí a las 4 de la tarde. Eso me da el suficiente entrenamiento para salir a competir", cuenta Arciniegas, que también se dedica a la pesca.

UNA HISTORIA DE PELÍCULA

Arciniegas arrancó en 1993, contra viento y marea y pese a los reclamos de su hijo, una aventura inolvidable que lo llevó a recorrer en poco más de seis meses Colombia, Centroamérica y México hasta llegar a Estados Unidos, donde completó el duatlón más largo de la historia.

Inicialmente, la idea era llegar solamente hasta Cartagena de Indias. El hombre, acompañado por un joven que manejaba su vehículo e iba grabándolo en el recorrido, salió desde Bogotá.

"Tengo una anécdota muy especial de mi hijo: cuando yo salí de la Plaza de Bolívar a hacer los primeros 150 kilómetros hasta Honda, él salió en su carro y me lo puso al lado de la bicicleta y me decía: 'papi, eso es una locura, no hagas eso, no vas a llegar'", relata el atleta.

Ahí le respondió a su hijo: "'Yo ya me voy, ya no puedo regresar ni echar atrás porque no me conviene'". Sin embargo, Juan Carlos insistió hasta que se cansó de seguirlo y su padre, terco como una mula, consiguió su primer objetivo: llegar a Cartagena tras recorrer 1.263 kilómetros en siete días.

En ese punto, su acompañante desistió de seguir con la aventura, pues Arciniegas quería pasar Centroamérica, pero no tenía dinero para continuar con su empresa, por lo que empeñó el vehículo y continuó su camino por el peligroso Tapón del Darién, la selvática frontera con Panamá, acompañado por un chileno indocumentado que lo grababa y buscaba llegar al istmo.

"Llegamos a la frontera y había policía. Le pidieron papeles a él, que no tenía, y hasta ahí supe del camarógrafo", cuenta.

En Panamá consiguió apoyo en la embajada de Colombia y de Coca Cola, compañía que fue su aliada para continuar su trayecto por Centroamérica. En ese momento, el objetivo era llegar a Atlanta, donde se disputaron los Juegos Olímpicos tres años después.

Esa empresa lo patrocinó hasta la ciudad estadounidense de San Antonio, cercana a la frontera con México, pero ahí, según cuenta, no lo quisieron apoyar más por "la edad que tenía", pues ya era un hombre mayor de 50 años.

"Era un peligro para ellos que yo tuviera un accidente. Ellos tenían que responder porque iba con los colores de la empresa. Entonces acudí a la colonia colombiana que estaba allá. Se organizaron y me auxiliaron, hicimos una caravana hasta Houston", afirma Arciniegas, que completó así los más de 8.400 kilómetros que le permitieron imponer el récord.

Con mucha humildad y pese a haber conseguido logros atípicos a su edad, este colombiano sigue haciendo ejercicio hasta que tenga "licencia de vivir", pues aún se siente muy contento con lo que hace y no parará hasta que su cuerpo se lo permita.

Jorge Gil Ángel

(c) Agencia EFE