Carlos Alcaraz saca carácter para exigir el respeto digno de un número 5 del mundo

Carlos Alcaraz cayó derrotado este domingo en la final del ATP 500 de Hamburgo frente a Lorenzo Musetti. El tenista murciano fue casi siempre a remolque pero tras levantar cinco bolas de partido en el segundo set, parecía que podía sumar un título más a su palmarés.

Finalmente no fue así, y Musetti, compañero generacional, se hizo con la victoria en la que era su primera final. El italiano ha completado un gran torneo en Alemania, culminado con un último duelo en el que ha sido superior.

Incontestable, y así lo reconocía nada más concluir el partido el propio Alcaraz en su cuenta personal de Twitter:

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Pero hubo un gesto que molestó y mucho al tenista español, hasta el punto que se le vio protestar airadamente, algo a lo que no nos tiene para nada acostumbrados. En el tramo final de la segunda manga, con 5-4 para Musetti, el italiano devolvía una bola tras votar dos veces en su lado, lo que hubiera supuesto el 0-30 favorable a Alcaraz.

Sin embargo, la juez de silla no lo vio, y Musetti, en lugar de devolverle el punto en el siguiente saque, se hizo el loco y no reconoció la realidad en una acción muy poco elegante que quizás a la postre, quién sabe, haya resultado decisiva.

Habría que preguntarse si esta mala jugada se la habrían hecho a Rafa Nadal o a Novak Djokovic. Todos coincidiremos en que no. Lo que ocurre es que con tan solo 20 añitos y esa cara de bueno, a Alcaraz todavía no le tienen el respeto que merece un número 5 mundial del tenis (lo será oficialmente a partir de mañana). Y por eso está bien que de vez en cuando dé un golpe sobre la mesa y diga "aquí estoy yo".

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