Milagro, no perdimos. México toma revancha y le gana el bronce en futbol a Japón en Tokio 2020

Cuando más resignados estábamos, aceptando ya nuestra 'maldición' de cuarto lugar, de 'ya merito' en cuanto al podio en Tokio 2020, la selección mexicana de futbol masculino ganó la medalla de bronce y con eso cobró doble revancha a Japón, una de ellas tan histórica que estuvo guardando por 53 años.

A estas alturas las desmañanadas para ver en vivo la participación de los atletas mexicanos en los Juegos Olímpicos se habían tornado masoquistas ante las escasas alegrías de ver a uno de ellos con un metal colgado al cuello. Seguir las transmisiones olímpicas se había convertido ya en una rutina para ir a recoger el diploma de cuarto lugar, que no es poca cosa, pero no sabe igual.

Por eso esta medalla de bronce, la cuarta para México en estos Juegos, resulta sorpresiva sobre todo cuando Japón fue el más difícil de los rivales en la fase de grupos y dejó tendido en el césped a la sub-23 del Tri.

Con un marcador 3-1, fue en el Estadio Saitama donde Alexis Vega, Johan Vázquez y Sebastián Córdova le devolvieron la gracia a Japón de quitarle la medalla por el tercer lugar a domicilio, luego de que en los Juegos Olímpicos de México 1968 los japoneses hicieran lo mismo. No había rencor, pero tampoco amnesia.

Con un dominio del partido durante 70 de los 90 minutos totales, los dirigidos por Jaime Lozano tomaban personal el cobro de factura que dejó pendiente la generación de sus abuelos, la del padre de su director técnico que formó parte de esa selección del 68 y vio cómo se llevaban de su casa esa preciada medalla olímpica.

Contra todo pronóstico, el Tri ya ganaba el partido desde los 12 minutos por medio de un tiro penal, terminado la primera mitad con un marcador de 2-0. La fase complementaria ya era solo para finiquitar el asunto y así parecía cuando llegó el tercer gol en el 58. Sin embargo, Japón nunca bajo los brazos y con un golazo en técnica, velocidad y picardía de Kaoru Mitoma en el 78 la selección nipona empezó una fase de sustos en la portería de Guillermo Ochoa que terminaron por no concretarse.

El amargo trago de no llegar a la final (gracias, Brasil, recuerda, no olvidamos, solo tardamos 53 años) se endulzó un poco con el funcionamiento de esta selección que mantuvo a raya a Japón y reiteró esa jerarquía que selecciones más jóvenes de México tienen en el mundo, logrando Mundiales e incluso la medalla de oro en Londres 2012. Quizás esto último nos deja la espina de que no era imposible.

De lo bueno de este andar olímpico que hoy termina para la selección mexicana queda el brillo que mostraron los jóvenes que se han atraído reflectores para traducirlos en contratos fuera de su país y la categoría de su director técnico, Jaime Lozano, que sin escándalos, sin shows, sin polémicas baratas, se retira de la dirección del conjunto nacional con un resultado que merecía más, pero que lo deja muy bien parado.

Porque hay que aceptarlo, si esto hubiera sido otro cuarto lugar, habría sido el último clavo en el ataúd del desánimo. Por fortuna no fue así y ahora compartirán el podio con Brasil y España, donde no cualquiera puede llegar. Y es así como un bronce incluso llega a saber a oro.

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