El campeón sin corona del ajedrez: las leyendas que nunca llegaron a consagrase a nivel mundial

Un increíble duelo generacional: Viktor Korchnoi frente a un joven Magnus Carlsen
Un increíble duelo generacional: Viktor Korchnoi frente a un joven Magnus Carlsen

“Campeón sin corona” es un calificativo que apenas han merecido un par de jugadores en la historia del ajedrez. Se trata de ajedrecistas sobresalientes que nunca llegaron a ser campeones del mundo. El primero al que se glosó de ese modo fue el estonio Paul Keres (1916-1975), aunque en realidad, Keres sólo una vez disputó en forma directa un encuentro por el campeonato mundial; fue el match torneo de La Haya-Moscú 1948, en donde cinco jugadores se disputaron el título vacante por la muerte de Alexander Alekhine en 1946.

En esa justa se coronó campeón Mikhail Botvinnik, y Keres se ubicó en tercer lugar. A partir de entonces, Keres muchas veces jugó el torneo de candidatos (que disputaban los ocho mejores, con excepción del campeón reinante), siempre como favorito, pero también en cada ocasión hubo otro jugador que, con un mejor estado de forma deportiva, se le adelantaba y lo relegaba al segundo lugar: Vasili Smyslov lo hizo en 1953 y 1956, Mikhail Tal en 1959, y Tigran Petrosian en 1962. Por supuesto, Keres lograba muy buenos resultados en sus partidas contra los campeones mundiales, pero nunca le alcanzó para disputar un match por la corona.

Keres fue un ajedrecista completo, inventó variantes de aperturas, fue compositor de finales, escribió libros. Pero todavía más notable que el caso de Keres, y más cercano en el tiempo, es el de Viktor Korchnoi (1931-2016). Korchnoi sí llegó a jugar dos matches por campeonatos del mundo, los dos frente a Anatoli Karpov. Perdió ambos, pero el primero, en Baguío 1978, por la mínima diferencia, después de haber sido hostigado y boicoteado por los soviéticos de una forma que sería inadmisible en la actualidad. Recordemos que él había emigrado de la Unión Soviética hacia Occidente en 1976. Otras dos veces perdió el match final de candidatos que determinaba al retador (el sistema de encuentros individuales reemplazó al torneo de candidatos a partir de 1965), con Boris Spassky en 1968, y con el propio Karpov en 1974.

Karpov derrotó a Korchnoi en el histórico campeonato mundial de 1978 en Baguio (Filipinas)
Karpov derrotó a Korchnoi en el histórico campeonato mundial de 1978 en Baguio (Filipinas) - Créditos: @Getty Images

Korchnoi era un luchador intransigente. A los diez años quedó huérfano durante la Segunda Guerra Mundial, enterrando por sí mismo los cadáveres de algunos de sus familiares. Esto le forjó un carácter implacable que le valió el apodo de “el terrible”. Fue admirable su longevidad deportiva: a los 75 años todavía estaba entre los cien mejores del mundo. Jugó partidas ante ajedrecistas nacidos en el siglo XIX, y también llegó a tiempo para vencer a Carlsen cuando éste era adolescente.

La fortuna le fue adversa porque nunca fue campeón del mundo, aunque su trayectoria podría ser envidiada por muchos de esos campeones. Sus resultados personales con ellos son notables, propios de un campeón mundial. Quedó con un score favorable frente a Tal, Petrosian, y Spassky, e igualado con Smyslov y Fischer. Su estilo de juego era inconformista, buscando siempre el desnivel. Una anécdota lo describe con claridad: cuando emigró a Occidente, los soviéticos lo acusaron de egoísta, de personalista. Viktor no negó estas acusaciones, pero dijo que él no quería vivir en un país que les robaba a sus individuos el orgullo personal.