Yahoo Noticias Camp des Loges: de territorio ocupado por los alemanes y base de OTAN a centro de entrenamiento de Lionel Messi en PSG
PARÍS.– Conocido desde la alta Edad Media, el bosque comunal de Saint-Germain-en-Laye es un espacio verde de 3500 hectáreas, recostado sobre un codo del río Sena, 20 kilómetros al oeste de París. Antiguo coto de caza de los reyes de Francia, ese aislado, solitario y exclusivo rincón de la periferia capitalina, sitio predilecto de amantes de la naturaleza, cobija hoy la actividad cotidiana de otros soberanos no menos poderosos: los futbolistas de Paris Saint-Germain.
Llamado “Ooredoo” desde 2013 por razones de patrocinio, el centro de entrenamiento del club parisino está próximo a Camp des Loges, razón por la cual esa apelación se utiliza (mal) para designarlo. Llamarlo así es un abuso de lenguaje que se ha instalado hace tiempo en el público francés. Originalmente creado por Napoleón III como terreno de maniobras militares, hoy es un gigantesco espacio verde situado al borde de la ciudad de Saint-Germain-en-Laye, que contiene el estadio Georges Lefèvre, el centro de entrenamiento de PSG, el restaurante Cazaudehore –una institución en la región– y una base militar, aún hoy una de las más importantes de Francia.
Plantado en pleno corazón de un bosque exuberante, poblado por robles colorados, hayas europeas y pinos silvestres centenarios, lejos de todo, sin un alma en los alrededores, el centro de PSG aparece como una fortaleza inexpugnable al término de cinco kilómetros de un largo camino, la route des Loges.
El Georges Lefèvre fue el estadio del club parisino hasta 1973, cuando el equipo se mudó al Parque de los Príncipes, del distrito XVI de la capital. En marzo de 2006 , la institución anunció su voluntad de utilizar Camp des Loges como centro de entrenamiento e inició trabajos para dotarlo del confort necesario. Dos años y cinco millones de euros después, las actividades allí comenzaron.
De una superficie total de 28.888 metros cuadrados, 1761 están ocupados por un edificio de dos pisos y otros 24.446 están sembrados de césped, cuidados como la niña de sus ojos por un pequeño ejército de jardineros. El centro tiene todos los equipamientos imprescindibles para un club de primera línea: espacio de balneoterapia, masajes, sala de tratamientos, de musculación, de relajación, oficinas para el staff y para el presidente, y una zona consagrada a la prensa.
Las instalaciones de Camp des Loges
Sin embargo, si bien las cosas mejoraron desde el punto de vista arquitectónico –retoques, renovaciones y ampliaciones–, cuando Qatar compró PSG en 2011 el centro cambió radicalmente en el aspecto social. “Las transformaciones fueron enormes. Desde el exterior, es imposible ver el sector de entrenamiento profesional, donde trabaja la primera división. Los jugadores llegan en sus lujosos autos y entran directamente. Nadie puede acercarse. Todo está bunkerizado, cubierto con lonas que impiden la vista”, relata un deportista, ex residente de Saint-Germain-en-Laye, que se entrenó toda su infancia en ese campo. “De chicos, cuando íbamos, podíamos ver fácilmente a las estrellas de PSG entrenarse. Eso se terminó. Es normal para un club de esa importancia, pero yo, como muchos de mis amigos, dejé de ir”, agrega.
Eso incluye el riguroso filtrado al periodismo: nadie que no cuente con la codiciada acreditación, otorgada con cuentagotas por la dirección del club, puede acceder a ese territorio sagrado, objeto de todas las fantasías.
Todo eso, sin embargo, tendrá una vida limitada. Para 2022 o 2023 PSG piensa trasladar los equipos masculinos de fútbol y handball a las Terrazas de Poncy, en la ciudad de Poissy, a menos de nueve kilómetros de París, donde funcionará un nuevo centro de alta performance.
Desde ese momento, Camp des Loges recibirá las secciones femeninas del club y las divisiones inferiores. Recién entonces, el sitio –hasta hoy completamente a trasmano y alejado de todo medio de comunicación– contará con su propia estación de tranvía, “Camp des Loges”, de la futura línea 13 Express de la región suburbana de París.
Por su ubicación, a unos cuatro kilómetros de la hiperburguesa Saint-Germain-en-Laye, uno de los suburbios más exclusivos de París, habitantes de la ciudad y actividades deportivas viven vidas totalmente separadas.
“¿Qué representa el centro para los vecinos? Un pulmón deportivo que no tiene nada que ver con nosotros, sobre todo desde que Qatar compró el club”, afirma el arquitecto Roger Pernaud. “Ellos hacen su vida, y nosotros, la nuestra. Jamás vemos a un jugador. Es obvio que no vienen a tomar café a los bares de la ciudad”, sugiere.
–¿De modo que la llegada de Lionel Messi no debería cambiar gran cosa?
–Por supuesto que no. Toda esa agitación concierne a los fanáticos que siguen al club y son capaces de quedarse horas a la intemperie, esperando percibirlos dos segundos—, reflexiona Marie-Noëlle, directora de una guardería infantil.
Pero naturalmente el lugar tiene su importancia para Saint-Germain-en-Laye. “No olvidemos que se trata de un sitio cargado de historia, ocupado por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y por el comando de la OTAN y las fuerzas estadounidenses durante la guerra fría”, señala a su vez Arnaud Hermant, autor de un libro sobre su historia.
Porque Camp des Loges no es sólo PSG. Muchas de las páginas de su existencia conciernen a la selección de fútbol de Francia, que se entrenó allí a fines de 1970, antes de la creación del centro nacional de Clairefontaine, su base actual de preparación. Michel Platini también preparó ahí su primera selección cuando era entrenador. Alemania Federal lo utilizó como campo de base para la Eurocopa 1984. Sin olvidar que se trata de un complejo multideportivo: el estadio Georges Lefèvre y sus diferentes secciones han visto campeones de excepción. Por ahí pasaron, entre entre otros, el futbolista Jean Djorkaeff, el rugbier Frank Mesnel, la tenista Amélie Mauresmo... ¿Cuál de ellos es el más emblemático de Camp des Loges?
A juicio de Arnaud Hermant, para el fútbol, es Luis Fernandez. “Porque es el único en la historia de PSG que estuvo siempre presente: fue formado, jugó, se entrenó, y regresó como entrenador y dirigente. Es el hombre de los 50 años de historia de PSG y siente un profundo apego por Camp des Loges”.
