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El cambio radical de Mark Walhberg para redimir su adolescencia delictiva

Mark Wahlberg no siempre fue la de una prestigiosa estrella de Hollywood presente en grandes producciones y franquicias de acción. En su adolescencia, cuando empezó a abrirse hueco en el mundo del entretenimiento como artista de hip-hop en esferas underground, se vio envuelto en una espiral de criminalidad y adicción a las drogas, dejó sus estudios y tuvo serios problemas con la ley.

En los años 80, cuando tan solo tenía 15 años, protagonizó un ataque racista a tres niños negros a los que persiguió junto a varios amigos lanzándoles piedras y pronunciando insultos. Dos años más tarde propició otro polémico incidente que implicó un brutal ataque a un vietnamita bajo los efectos de las drogas, lo que se tradujo en su detención y e ingreso en prisión. Fue condenado a pasar dos años entre rejas, pero el actor solo estuvo encerrado 45 días. Estos días encerrado fueron clave en su vida, pues como bien señala habitualmente en entrevistas empezó a replantearse seriamente sus acciones.

Wahlberg se había criado bajo los ideales de la religión católica, dogma que volvió a su vida y le ayudó a redimir su historial delictivo y convertirse en una persona completamente nueva. “La cárcel definitivamente fue una llamada de atención para mí. Tenía 16 años, fui arrestado y juzgado como adulto”, contaba el actor para el medio Catholic Herald en 2011. “Muchos de los chicas a los que admiraba en el vecindario estaban realmente allí, y yo me había convertido en uno de ellos. Pensé: '¿Sabes qué? Esto no es lo que quiero de mi vida. Así que decidí a partir de ese momento que iba a cambiar mi vida”.

En otra entrevista con CNN en 2012 reincidió en la importancia de su fe en este proceso de redención, aunque también señaló que no fue un proceso nada sencillo. “Mi fe me ha permitido superar muchas cosas. Y trabajo duro. Nada es fácil, especialmente cuando tienes la espalda contra la pared y muchas cosas vienen hacia ti”, contaba. "Quería demostrarle a la gente a través de mis acciones, no de mis palabras, que iba a cambiar y tener un impacto positivo en la comunidad que yo vengo, y es por eso que hago tanto trabajo con jóvenes, dentro de nuestra fundación y con niños del centro de la ciudad”.

La dificultad que implicaba dejar atrás esa vida delictiva se vio reflejado durante los 90, cuando aún protagonizó altercados como otro ataque racista a su vecino, pero con el paso de los años ha ido demostrando haberse convertido en una persona totalmente diferente: Pidió perdón a sus víctimas, dona fondos a centros de niños sin hogar, creó la Fundación Juvenil Mark Walhberg para guiar a jóvenes por el buen camino e intentó ser indultado por sus delitos.

Además, se casó en 2009 con la modelo Rhea Durham, se sacó el graduado escolar para dar ejemplo a sus hijos y no ha dejado de lado en ningún momento sus creencias religiosas. Llega a ir hasta dos veces a misa los domingos, pidió perdón al Papa Francisco por los chistes subidos de tono que realizó en películas como Ted y trata de sacar adelante proyectos cinematográficos que resalten sus ideales. Un caso reciente es el de El milagro del padre Stu, película que llega a los cines el viernes 13 de mayo de 2022 y que muestra la historia real de un boxeador convertido en sacerdote al que la fe salvó de la autodestrucción, un relato muy similar a la vida del actor.

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