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Cambio climático: ¿Qué pasaría si desaparecen los hongos del planeta?

Brown forest mushrooms grew on a fallen tree.
Pocos lo perciben, pero los seres humanos caminamos sobre hongos, respiramos hongos y vivimos gracias a los hongos que conforman un entramado de energía vital para la Tierra

Si los hongos se extinguen, las plantas también lo harán y poco a poco se irán del planeta las formas de vida tal y como las conocemos hoy.

Casi nadie lo percibe, pero caminamos sobre hongos, respiramos hongos y vivimos gracias a los hongos que conforman un entramado de energía vital para la Tierra e intentan mantenerlo pese a las embestidas contaminantes causadas por el ser humano.

La misión fungi es básicamente descomponer lo muerto para producir nuevos nutrientes. El cambio climático, por supuesto, también está alterando este maravilloso reino.

(VIDEO) Lo que pasaría si exterminamos los hongos de la faz del planeta

Pudridores pero maternales

Hay un conejo muerto en el bosque tupido. La imagen es desoladora porque se sabe que ya no hay vida allí. Sin embargo, si se observa de cerca, se puede ver que, por el contrario, hay mucha actividad vital y esto se debe a que llegó el turno de los hongos que trabajarán para descomponer lo muerto y convertirlo en nutrientes para la tierra y lograr así que surjan nuevas formas de existencia.

Es el ciclo vital que impulsan estos seres que no son plantas ni animales. Los hongos tienen su propio campo de acción, pertenecen al “reino fungi”, un verdadero mundo mágico que mueve un inmenso entramado energético para mantener la tierra fértil al descomponer lo que se ha muerto. Las plantas son las primeras beneficiadas y le siguen el resto de los habitantes del planeta.

Esto quiere decir que los hongos no son solo esas estructuras pequeñas de tronquitos blandos y sobreritos que vemos en un parque o que compramos en los mercados para cocinar un risotto de champiñones o una pizza fungi. Se trata, nada más y nada menos, de la matrix de la naturaleza sobre la que está asentada la existencia y que hay que preservar.

Young happy couple at picnic after grapes harvest, eating and tasting wine
Imaginemos a una pareja que hace un picnic en un parque: El césped, el árbol que les da sombra, el vino que se toman, el queso que se comen, nada de eso existiría sin varios tipos de hongos, aquellos que dan vida a las plantas y aquellos que han fermentado a bebidas y alimentos (Foto: Getty)

Para tener idea del impacto de los hongos en el mundo de los seres humanos, el biólogo especializado en Micología, Miguel Ángel Bermúdez, cursante de doctorado en la Universidad Goethe en Frankfurt am Main, Alemania- nos invita a hacer un ejercicio: imaginemos a una pareja que hace un picnic en un parque: el césped, el árbol que les da sombra, el vino que se toman, el queso que se comen, nada de eso existiría sin varios tipos de hongos, aquellos que dan vida a las plantas y aquellos que han fermentado a bebidas y alimentos.

También recuerda que los hongos son parte del mundo farmacológico y que la penicilina salva millones de vidas desde que el escoces Alexander Fleming descubrió por casualidad en 1928 que el hongo Penicillium notatum mataba las bacterias en un cultivo de fluido nasal que tenía en una placa de Petri.

A partir de este descubrimiento, el reino fungi se ha expandido a los laboratorios y este hallazgo ha dado pie al crecimiento de la industria farmacológica y consecuente aumento de la esperanza de vida.

Pero, el asunto con los hongos y su reino es que más allá de sus usos prácticos, comestibles, bebibles o inyectables en sus versiones medicinales, su mejor aprovechamiento es dejarlos existir para que sigan impulsando la vida bajo y sobre la tierra, que sigan impulsando la existencia de las plantas y la descomposición de lo que ha muerto.

El internet que conecta a hongos y plantas

Las plantas, explica el biólogo, proporcionan azúcares a los hongos que ellas mismas generan a través de la fotosíntesis y los hongos, a su vez, les dan nutrientes del suelo que no están al alcance de las raíces como fósforo, nitrógeno e “inclusive agua”. Esta unión, dice el científico, se llama “micorriza” y es usada por “el 90% de las plantas sobre la Tierra”. Es decir, “sin los hongos, no tendríamos plantas”.

“Los hongos son vitales para estabilizar el carbono en el suelo”, dice la profesora de Ecología Forestal Suzanne Simard, de la Universidad de Columbia Británica, en el reciente documental de Netflix “Fantastic Fungi” en el que insiste en que, si se conservan las plantas, el bosque y la comunidad fúngica natural, entonces tendremos un motor natural que almacena el carbono bajo tierra por miles de años.

<strong>Subidas o bajadas fuertes de temperatura pueden alterar el reino fungi</strong>, así como los cambios drásticos del ambiente en el que se desarrollan y las sequías causadas por las construcciones y avanzadas humanas para extraer materia prima que mantengan a la civilización.
Subidas o bajadas fuertes de temperatura pueden alterar el reino fungi, así como los cambios drásticos del ambiente en el que se desarrollan y las sequías causadas por las construcciones y avanzadas humanas para extraer materia prima que mantengan a la civilización.

Simard, además, es líder en un estudio en el que quiere demostrar que los árboles se comunican entre sí y comparten carbono y ha ofrecido conferencias para que cada vez más personas se interesen en tareas conservacionistas de todo este ecosistema de plantas y hongos.

Los hongos y las plantas se comunican en una inmensa red como una suerte de “internet de la naturaleza”, como lo llaman los micólogos y conservacionistas de hoy, entre los reinos fungi y vegetal y con esa conexión se intercambian verdadera información nutricional.

Los hongos que se ven en la superficie son los órganos reproductores, a los que Simard llama “punta del iceberg” pero, por debajo de ellos se encuentra entonces esta red inmensa que comunica a diferentes especies.

“Estas conexiones hacen posible, por ejemplo, que plantas más jóvenes puedan defenderse contra depredadores, ya que la planta madre ha enviado señales de advertencia a través de la red subterránea de células de hongos. Sí, el cuidado parental existe en plantas, y es gracias a los hongos”, explica Bermúdez al dejar expuesta esta sobrecogedora capacidad para sobrevivir de estos reinos no animales.

Salvar los hongos para que salven el planeta

Los hongos almacenan el dióxido de carbono, atrapan la contaminación, alimentan las plantas del mundo, se convierten en medicamentos y en alimentos y, sin embargo, necesitan ser protegidos contra el cambio climático.

Subidas o bajadas fuertes de temperatura pueden alterar el reino fungi, así como los cambios drásticos del ambiente en el que se desarrollan y las sequías causadas por las construcciones y avanzadas humanas para extraer materia prima que mantengan a la civilización.

Pues resulta que los hongos, esos que están extendidos en forma de red debajo de la tierra en forma de filamentos que se conocen como “micelio”, son capaces de descomponer hasta el petróleo y acabar con plagas.

El micólogo e investigador estadounidense Paul Staments analiza activamente las propiedades medicinales y pesticidas de las setas y asegura que existen varias maneras en las que los hongos pueden salvar el mundo.

Inedible fungus grows in forests Central Europe, Cortinarius
Los hongos que se ven en la superficie son los órganos reproductores, la “punta del iceberg”, pero por debajo de ellos se encuentra una red inmensa que comunica a diferentes especies.

Una de ellas es la capacidad de descomponer el petróleo y la posibilidad de que tras la “limpieza” de los hidrocarburos por parte de los hongos, se inicia un nuevo ecosistema muy limpio y saludable con pájaros, plantas y más “internet” fungi, que fue la red capaz de atrapar todo lo contaminante.

Staments promueve con charlas, investigaciones, libros, página web y redes sociales, la información acerca de por qué cree que los hongos son fundamentales para salvar el planeta y procura erradicar las visiones negativas que los señalan como malignas drogas alucinógenas o causantes de enfermedades.

El científico, que forma parte del consejo editorial de The International Journal of Medicinal Mushrooms, habla también de las propiedades curativas de algunas setas que pueden curar desde influenza hasta la viruela.

Staments ya posee seis patentes, en su mayoría soluciones para acabar con plagas infectando al insecto. Bajo este método absolutamente amigable con la naturaleza, una termita infectada entra al hormiguero y contagia a sus compañeras y se acaba una infestación en un sembradío o en una casa.

Sea súbdito del reino fungi

El biólogo Miguel Bermúdez dice que la manera de salvar a la “funga” es divulgando información sobre su importancia en el mundo y recomienda seguir el trabajo de la Fundación Fungi, “primera ONG del mundo dedicada a la conservación de hongos” que está impulsando la inclusión de hongos en el pénsum de las escuelas de los Estados Unidos.

“Debemos comenzar con los más pequeños que serán el futuro de nuestra existencia como especie”, aconseja el micólogo.

Existe entonces una preocupación creciente entre biólogos, ambientalistas y conservacionistas por preservar la acción del más de millón y medio de especies de hongos y de su actividad como sistema digestivo de los bosques para seguir generando tierra fértil mientras se agiliza su elevación y reconocimiento como reino vital para la sobrevivencia del planeta.

El micólogo Bermúdez, actualmente trabaja en estudios de hongos del trópico en Alemania, tiene una cuenta en Instagram @Mike.cology en la que ofrece recomendaciones acerca de cómo tener un mejor acercamiento al mundo fungi sin dañarlo y sin que dañe al ser humano.

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