Teledeporte ha decidido que Caeleb Dressel y Katie Ledecki son atletas de tercera

USA's Caeleb Dressel reacts after winning the men's 50m butterfly finals during the Budapest 2022 World Aquatics Championships at Duna Arena in Budapest on June 19, 2022. (Photo by Attila KISBENEDEK / AFP) (Photo by ATTILA KISBENEDEK/AFP via Getty Images)
Caeleb Dressel, tras su victoria en los 50 metros mariposa durante los Mundiales de Budapest (Photo by ATTILA KISBENEDEK/AFP via Getty Images)

Entre las retransmisiones programadas para este martes 21 de junio en Teledeporte encontramos una reposición de un amistoso de baloncesto femenino jugado el domingo, la repetición del mitin de atletismo de Madrid de este fin de semana, la primera ronda de un torneo ATP 250 de tenis, varios partidos de la Copa del Mundo de Baloncesto 3x3 y unas cuantas regatas de vela. Lo que no vamos a poder ver ni por asomo es siquiera un resumen de los mejores momentos de los Campeonatos del Mundo de natación que se están celebrando en Budapest.

Hablo de Teledeporte porque es una cadena pública, pero, en rigor, el aficionado español no puede ver la natación, uno de los grandes deportes olímpicos, en ningún lado: ni en Eurosport, ni en DAZN ni en la plataforma que se le ocurra. Solo en Internet. Es verdad que el bajísimo nivel de los nadadores españoles y la ausencia de ese gran reclamo mediático que es Mireia Belmonte reduce el interés del público medio televisivo... pero ¿desde cuándo el "público medio" ha interesado a las cadenas deportivas? ¿Hay mucha gente esperando ver atletismo enlatado desde el domingo?

El ninguneo a la natación es especialmente indignante en un momento en el que la natación internacional vive un momento magnífico y aún recordamos los duelos más apasionantes de los recientes Juegos Olímpicos de Tokio. Están los italianos ganando oros como locos y batiendo récords del mundo; hay, como siempre, una generación dispuesta a tomar el poder al asalto. Pero, sobre todo, hay dos campeones históricos, dos fueras de serie cuyas carreras valen por todo un campeonato: los estadounidenses Caeleb Dressel y Katie Ledecky.

El problema de la natación mundial en las dos últimas décadas ha sido que el dominio de Michael Phelps fue tan abrumador que cualquier cosa, en comparación, nos parece poco. Phelps ganó 30 títulos de campeón del mundo y 23 medallas de oro olímpicas. Es que se dice pronto. Eclipsó a nadadores sensacionales como Ryan Lochte y a cualquiera que se le pusiera por delante. Ahora, parece que si no ganas 23 veces los Juegos y además combinando corta distancia, media distancia, mariposa y estilo libre, no eres digno del estrellato.

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Pongamos el ejemplo de Caeleb Dressel. A sus 25 años, Dressel viene de ganar cinco medallas de oro en Tokio, en todas las pruebas de velocidad. Como si las regalaran. Hablamos de un talento único, de un campeonísimo, uno de los mejores nadadores de la historia de este deporte. Llegó a los Mundiales de Budapest tras atravesar una pequeña depresión fruto de un exceso de autoexigencia. En su haber, doce medallas de oro a las que ya ha añadido tres en los tres primeros días de competición. Dressel es un fuera de serie, uno de los mejores atletas que se pueden ver en la actualidad. Y en España, prácticamente nadie sabe siquiera quién es.

Algo parecido nos pasa con la extraordinaria Katie Ledecky. La reina del fondo -la reina de todas las categorías desde los 200 libres a los 1500, en realidad- lleva diez años, desde que tenía quince, ganando medallas de todo tipo. Es un robot, una marciana. En Tokio, la irrupción de la australiana Ariarne Titmus supuso una pequeña decepción para sus fans. Ledecky llevaba años sin perder una sola carrera y Titmus la derrotó dos veces, en los 400 libres y luego en el relevo 4x200. Eso no fue óbice para que la estadounidense se llevara cuatro medallas olímpicas, dos de ellas de oro (800 y 1500 libres).

Ledecky es, indiscutiblemente, la mejor nadadora del siglo XXI. Su palmarés habla por ella: 17 oros en campeonatos mundiales (serán 18 en breve, cuando dispute los 800 libres) y 7 oros olímpicos. Si no son más es por el pésimo momento de Estados Unidos en los relevos. De esos 24 triunfos, 19 han llegado en pruebas individuales. Sus victorias son, además, aplastantes. Ledecky puede ganarte los 1500, como hizo ayer, con más de media piscina de ventaja. Tiene en su poder las trece mejores marcas de la distancia. En diez años, no ha encontrado una sola rival. Probablemente, aún le quede un ciclo olímpico al más alto nivel.

Dressel y Ledecky son dos figuras incontestables del deporte mundial que nos vamos a quedar sin ver porque echan vela. No tiene ningún sentido. Nadie se imaginaría que no se echara en ningún lado el mundial de atletismo, por ejemplo. Aquí estamos en las mismas. Hablamos de uno de los grandes eventos deportivos de cada dos años que coincide con un momento en el que, a la espera del Tour de Francia y el abierto de Wimbledon, no hay apenas competiciones de alto nivel. Se ve que la FINA pide mucho dinero o que las televisiones no consideran que su servicio público llegue hasta Ledecky y Dressel. Es una pena. Como siempre, pagamos los aficionados.

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