Se busca sucesora a Barty

Londres, 26 jun (EFE).- Sin Ashleigh Barty, la tenista que más entendió las peculiaridades y secretos del juego de Wimbledon, el torneo busca a su sucesora, a aquella tenista que sea capaz de recoger la corona que la australiana soltó con su retirada y a la que Iga Swiatek opta por fuerza bruta.

La polaca acumula 34 victorias consecutivas en el circuito, una de las diez mejores rachas de la historia y que le ha reportado los títulos de Doha, Indian Wells, Miami, Stuttgart, Roma y Roland Garros, además de retener el número uno que le entregó el adiós de Barty.

La deriva a la que se dirigía el circuito con la marcha de la australiana la ha frenado la polaca, que ha demostrado su dominio también en el cemento y a la que solo resta descubrir si en hierba también puede imponer su tenis. Los siete triunfos en su carrera en esta superficie albergan dudas, así como el hecho de que decidiera no jugar torneos previos a Wimbledon y que aquí su tope sean los octavos del año pasado. De hecho, apenas ha participado dos veces en el All England Club.

Su verdugo el año pasado, la tunecina Ons Jabeur, es la esperanza de África para tener un campeón en Wimbledon por primera vez. Jabeur, cuartofinalista el año pasado, viene de ganar el título en Berlín, con más rodaje que Swiatek y con la experiencia de haberla derrotado aquí. Su pobre bagaje en Grand Slams, donde nunca ha estado en semifinales y solo en dos cuartos, es la contrapartida de la que puede ser una de las sorpresas del torneo.

La falta de resultados es todo lo contrario a lo que posee Serena Williams, el gran reclamo de Wimbledon. La estadounidense vuelve a las pistas un año después de lesionarse en la pista central en un resbalón. De hecho, ha cambiado la historia, puesto que esa lesión, junto a unos primeros días especialmente resbaladizos en 2021, ha provocado que el torneo les permita entrenar ahí durante dos días en la semana previa al inicio.

Serena, que ha ganado en siete ocasiones aquí, a dos del récord de Martina Navratilova, tiene entre ceja y ceja a sus 40 años igualar de una vez por todas el registro de 24 Grand Slams de Margaret Court. La pequeña de las Williams incluso bromeaba en rueda de prensa cuando le preguntaban por su objetivo aquí. "Ya sabes la respuesta a eso", exclamó la jugadora, que no levanta un 'major' desde Australia 2017 y que desde entonces, con el récord de Court a tiro, ha perdido cuatro finales, dos de ellas aquí.

Karolina Pliskova, finalista el año pasado, Simona Halep, ganadora en 2019, y la revelación de la hierba Beatriz Haddad Maia, ganadora en Nottingham, Birmingham y semifinalista en Eastbourne, son nombres a tener en cuenta en un torneo en el que las españolas vienen con grandes dosis de incertidumbre.

Paula Badosa perdió en su debut en Eastbourne, contra Jodie Burrage, número 169 del mundo. La catalana aseguró que físicamente está bien, tras su lesión en Roland Garros, y que lo único que necesita es acostumbrarse a la superficie. El año pasado ya hizo octavos de final aquí, pero ahora viene con más focos sobre ella, al estar en el 'top ten' y ser una candidata siempre a los títulos.

En peor estado llega Garbiñe Muguruza, que ha perdido siete de sus últimos diez partidos y que, desde que ganó aquí en 2017, nunca ha alcanzado los octavos de final. Acumula derrotas en segunda, primera y tercera ronda desde entonces, pero la efervecencia de Muguruza y su calidad innata, apartada del estado de forma y el momento, le convierten siempre en una rival peligrosa. El problema es el cuadro, con potenciales choques contra Sloane Stephens en segunda ronda, Bianca Andreescu en tercera y Jessica Pegula en octavos.

(c) Agencia EFE