¿Quién será el próximo Bond, James Bond? | Opinión

Tras el retiro del actor británico Daniel Craig de la saga del agente 007, se generó un encendido debate sobre quién interpretará al espía ficticio más famoso del mundo, un agente secreto que en sus filmes combate con habilidad y valor a villanos implacables y se enfrenta a la KGB soviética y al espionaje de China durante la Guerra Fría.

La obsesión por saber quién será el próximo Bond incluso ha llevado a muchos a hacer apuestas en sitios web. Se han barajado y se barajan muchos nombres de actores, entre ellos Idris Elba, Tom Hardy, Richard Madden, Tom Hiddleston y Aaron Taylor-Johnson. Este último parece ser el favorito en este momento.

Se pensó también que Bond podría ser una mujer, y se mencionó a la célebre Charlize Theron, entre otras, pero la productora de la saga de 007, Barbara Broccoli, dijo que Bond puede ser de cualquier color de piel, pero es un hombre.

Broccoli también ha dicho que “faltan al menos dos años para filmar” la próxima película porque de lo que se trata es de “una reinvención de Bond”.

¿Reinventarlo?

Sin duda lo van a tener que reinventar, porque en el último filme, Sin Tiempo Para Morir, Bond encuentra ese tiempo y, en efecto, muere. Contaminado por un arma de destrucción masiva —un experimento que se le fue de las manos al Servicio Secreto británico—, Bond sacrifica su vida para salvar a la mujer que ama y a la hija de ambos, y de paso a buena parte de la humanidad.

Me sorprendió y me disgustó que mataran a Bond en la última de las cinco películas de la saga que Daniel Craig protagonizó. Pero quizá ese final no era tan inesperado, porque la interpretación que hizo Craig del espía fue heterodoxa.

El Bond que nos ofreció rompió el molde al que nos habíamos habituado; se presentó como un tipo endurecido, a veces brutal, con escaso sentido del humor, y sus filmes exploran aristas psicológicas de Bond que en las entregas anteriores no parecían importarle a nadie.

El Bond de Craig dista mucho, por ejemplo, del encarnado por Roger Moore, quien le dio un divertido toque de ironía. Recordamos, por ejemplo, la escena de Moonraker en la que desde la nave de ese nombre, Bond lanza al villano, Trax, al espacio.

Cuando la científica interpretada por la actriz Lois Chiles le pregunta dónde está Trax, Bond le responde: “Tuvo que irse volando”. Ese tono humorístico está ausente en los filmes de Craig.

Tal vez estoy prejuiciado, porque las primeras películas de James Bond que vi —tras salir de mi país natal, Cuba, donde no se exhibían— fueron precisamente Moonraker y otra protagonizada por Moore, Solo para sus ojos, una detrás de la otra en un cine de Madrid.

Pero de todos modos prefiero a ese Bond irónico, ocurrente y seductor, que al Bond serio y trágico que nos dejó Craig y que al final muere en una explosión apocalíptica.

No puedo concebir que Bond muera. Tampoco puedo imaginar qué vuelta le van a dar los guionistas a la historia para que el agente 007 regrese a la pantalla.

Quizá se salten a la torera el final de Sin tiempo para morir, ignoren olímpicamente la muerte del personaje y Bond vuelva vivito y coleando, como si nada hubiera pasado.

Alguien incluso ha conjeturado que quizá el nombre James Bond es en realidad un código, como el número de agente 007, y que por lo tanto Bond puede morir y otro ocuparía su lugar y adoptaría el nuevo nombre.

Pero tal vez la explicación es más simple, y Bond puede regresar porque, como dice el título de una de sus películas, protagonizada por el legendario Sean Connery: “Solo se vive dos veces”.

Andrés Hernández Alende es un escritor y periodista radicado en Miami. Su novela más reciente es La espada macedonia, publicada por Mundiediciones. ©FIRMASPRESS

https://www.amazon.com/author/alende.novelas



Andres Hernandez Alende.
Andres Hernandez Alende.