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Ocho boletos, cinco bases robadas y tres errores crean la ecuación del fracaso para los Marlins ante los Padres

De Sandy Alcántara al bullpen, el pitcheo de Miami fue el responsable del colapso.

Ayudados con tres errores y cinco bases robadas, el equipo de los Padres hizo uso máximo de ocho bases por bolas para anotar todas sus carreras en un regreso a casa poco alentador.

Los lanzadores de los Marlins regalaron siete pasaportes -más uno intencional- y eso fue aprovechado por el peor equipo ofensivo de las Grandes Ligas para imponerse el martes por la noche 9-4 en el loanDepot park, delante de 11,930 aficionados.

“Cuando tu comienzas dándole una base por bola al primer hombre en el inning, eso nunca es bueno’’, comentó el manager Skip Schumaker. “Ese fue un problema de Sandy. Fue un problema de toda la noche. Así como esas bases que nos robaron. Tenemos que hacer un mejor trabajo’’.

Todo sucedió en una jornada donde Alcántara se hundió a si mismo con cinco bases por bola, cuatro de ellas terminaron en anotaciones de los Padres que con solo cinco imparables lograron empatar el choque 4-4 en la séptima entrada.

Los peces habían construido una ventaja de dos carreras gracias a la tremenda labor ofensiva de Bryan De La Cruz, quien se fue con un cuadrangular, dos imparables, tres impulsadas y dos anotadas, pero Alcántara fue incapaz de salvaguardar la diferencia.

“No dejo de reconocer que me siento un poco frustrado’’, reconoció Alcántara.

“En la temporada anterior todo me iba bien, a veces me iba mal, pero nunca perdí la mente positiva. Ahora trato de hacer lo mismo. Me va más mal que bien, pero seguiré con la frente en alto’’.

¿Cuáles son las razones del retroceso de Alcántara?

Varias vienen a la mente, pero la principal estriba en los ajustes que han hecho los equipos contrarios estudiando el sistema de pitcheos del lanzador que en la temporada pasada encandilara al mundo del béisbol.

Tal es la naturaleza del juego porque el nombre de Alcántara retumbó tanto en las Mayores durante el 2022, que los periodistas especializados no tuvieron duda alguna en premiarle con el Cy Young de la Liga Nacional y el mismo lanzador comentó que sería el primero de algunos más.

Pero los rivales han tomado nota, han observado sus secuencias de envíos y corregido los agujeros en su ofensiva, para no hablar ya que su cambio no tiene el efecto deseado, que ya no obliga a conectar tanto por el suelo como antes y que la erradicación del cambio defensivo también tiene su efecto.

Lo cierto es que Alcántara no ha sido el mismo como bien lo demuestran sus cuatro aperturas de calidad en toda la temporada, un promedio de carreras limpias que sigue pegado a los 5.00 y una estadística que dice algo: en juegos después que los Marlins han sumado una victoria, el dominicano trabaja para balance de 0-4 y 8.27 de efectividad.

Pero si Alcántara fue generoso con los boletos en 6.1 entradas de faena, peor le fue a Dylan Floro con dos en una octava en la cual no pudo sacar ni un out con cuatro carreras permitidas, tres de ellas limpias, que terminaron por consumar el naufragio de Miami.

De alguna forma, quizá sea hasta algo positivo que los Marlins estén jugando por encima de .500 sin la actuación dominante de su mejor lanzador, e incluso sin algunos hombres importantes a la ofensiva como Avisail García y Jazz Chisholm.

AL FIN REGRESO SÁNCHEZ

Antes del inicio del encuentro, Jesús Sánchez (distensión isquiotibial derecha) fue activado de la lista de lesionados de 10 días y para hacerle espacio en el roster los peces enviaron al infielder Xavier Edwards al equipo de Triple-A en Jacksonville

Sánchez, quien comenzó una asignación de rehabilitación el 26 de mayo, fue activado a tiempo para entrar en el partido y conectar un sencillo en la novena entrada, de modo que los Marlins esperan que recupere su gran momento ofensivo antes de lesionarse.

“Estaba en ascenso cuando se lesionó, desafortunadamente’’, dijo Schumaker. “Ha hecho un muy buen trabajo bateando a los derechos y como que ha entrado en una zona donde se siente cómodo’’.