Boca sueña con pelear el campeonato, pero su éxito va mucho más allá

Fabra y Vázquez, los goleadores de Boca ante Godoy Cruz
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Boca se sacó de encima un partido difícil, de esos que valen tanto en lo anímico que en lo estadístico. Perdía 1 a 0 a los 10 minutos y lo dio vuelta antes de que termine la primera parte, en una nueva muestra de actitud.

El equipo es consciente de que será muy difícil ganar el Torneo 2021. Sin embargo, con el 2 a 1 sigue en carrera. Con la ilusión de sumar todos los puntos posibles para pelear el título hasta las últimas consecuencias, y que al mismo tiempo Talleres y River (se enfrentan este jueves en Córdoba) resignen algunas unidades en su camino.

De todas maneras, aun cuando el sueño siga siendo matemáticamente posible, el plantel, el cuerpo técnico y la dirigencia saben que el foco está puesto en otro lado.

Rojo felicita a Vázquez, que marcó su quinto gol en la era Bataglia y el tercero consecutivo
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Rojo felicita a Vázquez, que marcó su quinto gol en la era Bataglia y el tercero consecutivo (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Primero porque consideran fundamental clasificarse a la Copa Libertadores del año próximo. No lograrlo será una frustración enorme, más allá del impacto económico que generaría en las arcas de Brandsen 805. Ese objetivo ya es tangible: al hecho de estar en las semifinales de la Copa Argentina (el campeón va directo a la etapa de grupos) se le suma que, con un partido más, alcanzó a Talleres, el último que hoy está recibiendo ese pasaporte.

Pero hay algo muchísimo más importante para este equipo en formación que conduce Sebastián Battaglia desde hace apenas dos meses. Y es precisamente que la construcción de la identidad que hace a cada equipo está cada vez más clara.

Fabra marcó el 1 a 1, en un momento clave del partido
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Fabra marcó el 1 a 1, en un momento clave del partido (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Después de varios años intentándolo, Boca hoy sabe a qué juega. Sus hinchas valoran el atrevimiento del DT y de sus dirigidos en ser protagonistas. En ir a buscar el triunfo. En hacerse cargo de lo que dicta su historia. A veces con errores y con excesos de vehemencia, es cierto. Con pecados de juventud e incluso con decisiones equivocadas. Pero cuando la pelota empieza a rodar, el equipo tiene claro qué hacer, y su GPS tiene como destino el arco contrario.

Se repite: a veces las cosas no salen como se planean . O sucede que el rival de turno complica el plan con una propuesta diferente a la esperada. Godoy Cruz, por caso, lo ahogó contra su área durante más de media hora. Le cortó los circuitos de juego. Aisló a Molinas y Almendra.

El perfil bajo de Battaglia y su calma durante los partidos contribuyen a que Boca no se enloquezca cuando las cosas no salen
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El perfil bajo de Battaglia y su calma durante los partidos contribuyen a que Boca no se enloquezca cuando las cosas no salen (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Pero ante eso, Boca no se desespera. Es paciente. No se muestra atolondrado ni apurado. Confía en su libreto. Y ahí también hay mérito del entrenador, que rara vez gesticula o grita como un desaforado. Battaglia heredó esa seguridad de su padre futbolístico, Carlos Bianchi, y los once que están en la cancha se lo agradecen.

Los guiños del destino también contribuyen. Una serie de eventos desafortunados le allanó el camino al equipo en aspectos donde no terminaban de definirse algunos puestos.

Los inesperados desgarros en cadena de Orsini, Advíncula y Cardona resolvieron la ecuación. Anoche, Vázquez (quinto gol en la era Battaglia y tercero consecutivo en igual cantidad de partidos), Weigandt (un todoterreno infatigable) y Molinas (todavía sin el aplomo ni el estado físico suficiente para 90 minutos) aprovecharon una vez más su chance de titularidad. A ellos se le sumó la lucidez de Almendra y Pavón.

El público, que volvió a darle ese marco único a la Bombonera, les reconoció la entrega con un grito de guerra que ya resulta una marca registrada para este ciclo. El “Vamos vamos los pibes”, se cantó en más de una ocasión.

Cuando logró soltarse, Almendra levantó el mediocampo. Y allí Boca comenzó a mejorar. Con Ramírez como una rueda de auxilio constante en el mediocampo. Y Fabra aportando su jerarquía en cada jugada ofensiva por la izquierda.. Con Ramírez como una rueda de auxilio constante en el mediocampo. Y Fabra aportando su jerarquía en cada jugada ofensiva por la izquierda.

Fabra celebra su gol; cerca suyo, Pavón
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Fabra celebra su gol; cerca suyo, Pavón (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Con el triunfo ante Godoy Cruz, Almendra levantó el mediocampo. Y allí Boca comenzó a mejorar. Con Ramírez como una rueda de auxilio constante en el mediocampo. Y Fabra aportando su jerarquía en cada jugada ofensiva por la izquierda.. Sumó 27 puntos de 36 posibles. Recibió al equipo en el puesto 24 y en 11 fechas lo llevó al tercer lugar, solo detrás de River y Talleres. Marcó 19 goles, recibió 8 y mantuvo su valla invicta en cinco ocasiones. El balance es más que positivo.

Nadie le quita a Boca el sueño de volver a ganar un campeonato de arremetida, como ocurrió en la Superliga 2019/2020 definida en los últimos minutos de la última fecha y nada menos que contra River.

Pero el éxito de Boca en este semestre pasa por otro lado, y es el de edificar un equipo confiable con una identidad clara, que busque ser protagonista. El camino elegido, aun cuando haya algún lógico tropiezo, parece ser el adecuado.