Boca y el juego de la Copa (Libertadores): Hugo Ibarra, un DT en suspenso, sin confianza dentro y fuera del vestuario

Hugo Ibarra, Roberto Pompei y Leandro Gracián, integrantes de un cuerpo técnico de Boca que sufre cuestionamientos
Hugo Ibarra, Roberto Pompei y Leandro Gracián, integrantes de un cuerpo técnico de Boca que sufre cuestionamientos - Créditos: @Twitter @BocaJrsOficial

No era un encuentro más para Boca el de la noche del sábado, en Chaco, ante Olimpo en el debut por la Copa Argentina, aunque suene paradójico unir una situación límite con el cruce ante un elenco del Federal A. En la Ribera gusta tanto autocomplicarse que se topa con momentos así de insólitos. Por eso, especialmente para Hugo Ibarra era un partido especial, que se ligaba directamente con su futuro en el cargo. Tras una semana de sensaciones críticas sobre el ciclo, entre la reunión con un plantel que se llenó de silencios ruidosos, poco convencimiento dirigencial sobre la convivencia sana de cara al acercamiento de la Copa Libertadores y, en efecto, la trascendencia de candidatos múltiples en los que el Consejo de Fútbol empezó a pensar como reemplazantes, el entrenador consiguió –al menos- eludir la obligación del paso al costado gracias al triunfo 2-1.

Es que se daba por descontado que, ante la eliminación, presentaría una renuncia que, luego, podía traducirse en una reubicación sobre la estructura de juveniles (antes estuvo al frente de la reserva) o no: la relación entre todo el cuerpo técnico y Juan Román Riquelme es muy amistosa, incluyendo al equipo de trabajo del vicepresidente segundo. Es decir, nadie quiere sacarse de encima a Ibarra. Ahora bien, pese a condicionarse en estos meses por ese fuerte lazo, llegaron al punto de entender que no pueden encapricharse. Entonces, ni siquiera la clasificación a 16avos. de final garantiza algo positivo para el ciclo: las siguientes horas pueden seguir siendo clave, porque el análisis continúa más allá de que Mauricio Serna, integrante del Consejo, se hiciera el desentendido ante el Show de Boca: “Es el DT actual, hoy dirigió. Sigue todo de la misma manera”.

No es casualidad que el propio Riquelme, ni más ni menos, haya cambiado el discurso horas antes de que el elenco xeneize saliera al campo de juego. Mientras que hace más de un mes no le dio demasiada importancia al disgusto general por el mal funcionamiento constante de la mano del presente técnico, asegurando que “A Ibarra lo veo bien, muy contento, está en su casa y disfruta estar acá, confiamos en él”, luego de formar parte del “Partido de Leyendas” por el centenario de vida que festejó Villarreal, club por el que pasó como futbolista, metió un cambio de frente que, justamente, dejó más en claro cómo se está jugando por estas horas.

“¿Si Ibarra sigue? Yo estoy acá, festejando en Villarreal. En un rato vamos a jugar un partido por la Copa Argentina (el de ayer ante los bahienses), esperamos hacerlo bien y ganar”. La consulta era inevitable y él, esta vez, no tuvo fundamentos como para mostrar la postura tan segura que suele exponer a la hora de declarar como para poner en “ridículo” ciertas cosas que suceden con el fin de brindar tranquilidad. No negó las versiones que trascienden sobre las grandes dudas que tienen él y el Consejo sobre la continuidad del DT que llevaron, incluso, a la aparición de nombres pesados como los de Gerardo Martino o José Pekerman, entre otros.

Hugo Ibarra
Hugo Ibarra - Créditos: @Telám

Incluso, quedó en evidencia que los jugadores no están cómodos, convencidos ni ilusionados con seguir trabajando con Ibarra. La primera prueba fue el lunes pasado, cuando el formoseño había pedido una autocrítica puertas adentro tras perder con Instituto hace una semana: enfrentó al grupo, hizo la propia y, al momento de la devolución de sus jugadores, no voló una mosca. Todo dicho pese al silencio.

La segunda, anoche: Darío Benedetto jugó un buen encuentro (participó en el gol de Agustín Sandez y convirtió el penal que le cometieron) y, probablemente sin querer, al hablar marcó indirectamente un claro contraste propio y de sus compañeros con respecto a la consideración que tenían del anterior entrenador.

Cuando le consultaron acerca de cómo toman en el grupo las dudas sobre el futuro del exlateral, no tomó posición: “Sí, escuchamos todo, pero son cosas en las que no nos podemos meter. Son del cuerpo técnico con los dirigentes. Nosotros simplemente hacemos caso, tenemos que jugar a la pelota y estar al margen”.

En marzo de 2022, cuando Agustín Almendra le faltó el respeto a Sebastián Battaglia y éste decidió sacarlo del plantel, el delantero también enfrentó los micrófonos para hablar de una cuestión en la que bien pudo estar todavía más ajeno: “Había que cortarlo de raíz, por eso estamos a muerte con lo que decidió el entrenador”. Estaban alineados, sobraba la creencia en el trabajo y hasta se dudó de que a ese DT lo hubieran echado por resultados. “No sé si la decisión fue por lo futbolístico…”, se había animado a especular el propio “Pipa”.

Incluso, el N°9 dejó anoche más frases que, otra vez, no disimulan lo que sienten al transitar la presente etapa: “Nos duele que podamos jugar de esta manera hoy (por ayer), ante un equipo del ascenso al que no menospreciamos para nada y tomamos con la misma seriedad. En el campeonato no hacemos lo mismo. En lo personal, me molesta mucho. Nosotros trabajamos día a día para seguir mejorando: hoy quedó demostrado de que tenemos ganas de ganar”. Por otro lado, aseguró que “tenemos que tener un poquito más de autocrítica individual”: se insiste con que, justamente, era el accionar que esperaba Ibarra en la semana y no encontró.

Boca vs Defensa y Justicia
Boca vs Defensa y Justicia - Créditos: @Mauro Alfieri

El suspenso de estos días es tal que, tras la victoria, se aguardaba ansiosamente la palabra de Ibarra: no se le cerraba la puerta a que, igualmente, no tuviera la convicción de seguir al frente. Sin embargo, se mostró más entero que nunca: “Yo no tomé ninguna decisión, vine a dirigir. Si ustedes tienen información, háblenlo con los informantes. Yo cumplo con mi obligación. ¿Por qué se dicen tantas cosas? Este es un año político, muchachos. No me molesta porque no soy un improvisado, son muchos años en el club”, sonrió.

Mientras que le bajó el pulgar a un argumento que trascendió en los últimos días como uno de los puntos que pone el Consejo en el análisis diario del ciclo: su salud. “Basta de eso, ya pasó. Yo estoy bárbaro, hablen de otras cosas”, se fastidió levemente. Ni que hablar cuando fueron para el lado de si estaba para seguir: “¿Si tengo fuerzas? ¿Qué, me ves mal? Ahhhh, bueno. Entonces no tengo que contestar eso porque estoy perfecto”. Y redobló la apuesta: “Hay que pensar en el próximo partido, que es Barracas Central. Y después veremos cómo sigue el calendario”.

Diez días son los que separan a Boca del inicio de la Copa Libertadores, obsesión por la que las tribunas chaqueñas pidieron como en cada año: “¡Queremos la Copa!”, gritó la parcialidad boquense apenas consumado el éxito. De hecho, este lunes por la noche ya se hará el sorteo en Paraguay. Por eso, las próximas horas o días inmediatos son esenciales. Si Riquelme no toma la decisión que se percibe y trasciende, por más gran amistad que exista, todo va camino a que el club inicie su gran objetivo con una convivencia que no convence por ningún lado de las patas.