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Blooper con final feliz: la insólita volcada fallida que terminó en un inesperado doble en Bélgica vs. Eslovaquia

Retin Obasohan y sus 186 centímetros saltan hacia el aro, pero los 305 del cesto son demasiados; sin embargo, la jugada terminará bien para el escolta de Bélgica en la victoria sobre Eslovaquia, por la eliminatoria europea para el Mundial de 2023.
Retin Obasohan y sus 186 centímetros saltan hacia el aro, pero los 305 del cesto son demasiados; sin embargo, la jugada terminará bien para el escolta de Bélgica en la victoria sobre Eslovaquia, por la eliminatoria europea para el Mundial de 2023. - Créditos: @Captura de pantalla

Para el básquetbol de primer nivel, un metro y ochenta y seis centímetros son más bien poco. Se puede jugar, sí. Y hasta brillar. Con ocho centímetros menos, Facundo Campazzo ha hecho varias maravillas en la NBA. Pero no se puede hacer todo. A veces, no conviene probar cualquier cosa.

Retin Obasohan tiene esa estatura. Y es un buen jugador: integra la selección de Bélgica, cada vez más competitiva. Es escolta, así que su especialidad es el tiro al aro. Vale enfatizarlo: el tiro, es decir, el lanzamiento a distancia. Depositar la pelota sin trayectoria previa ascendente, es decir, volcarla, no es muy aconsejable para alguien de 186 centímetros. Puede intentarlo si está solo... Y puede fallar, también.

Bélgica venía maltratando a Eslovaquia en la eliminatoria europea para el Mundial Filipinas-Indonesia-Japón 2023: 39 a 20 a mediados del segundo cuarto, en casa. El bueno de Obasohan cortó una pelota y contraatacó. Nadie cerca. Contento, quizás entusiasmado y despresurizado por la goleada, se animó a la volcada. Tal vez encantado de poder lucirse ante su gente, le puso arte: un revoleo de brazo en círculo, para hacerla más espectacular, como si estuviera en el Fin de la Semana de las Estrellas de la NBA. Pero las piernas no estuvieron a tono.

El remate errado con final feliz

Y su metro 86 lo dejó a pie: el belga de 28 años, jugador de Hapoel Jerusalem, se quedó corto. El depósito del balón en el cesto fue más horizontal que vertical y la esfera naranja rebotó en la parte posterior, sin ingresar. Salió altísima. “Aaahhh”, se decepcionó-sorprendió el público. Pero más se asombró cuando terminó la acción: fue tan vertical el vuelo de la pelota, que cayó ahí mismo, donde se había negado a entrar. Doble. Y los espectadores hicieron otro tipo de “aaahhh”, con aplausos. El showtime llegó por azar. Y Retin, claro, sonrió. Rió, incluso.

Lo que venía siendo paliza terminó siendo tal cosa: Bélgica 102, Eslovaquia 59. Y el bueno de Obasohan, que anda bastante derecho en la clasificación europea para la Copa del Mundo (promedios de 14,8 tantos, 3,2 rebotes y 2,6 asistencias), se llevó una anécdota. También, una enseñanza: no tratar de hacer volcadas si los partidos están apretados y la necesidad de triunfo es imperiosa. Por más solo que llegue al canasto.