Shiwen, la sirena china

Por Roberto Colón
Ye Shiwen, la nueva estrella de la natación china con 16 años, está abriendo ojos dentro y fuera de la piscina con su actuación en Londres 2012.
Con dos preseas doradas -un récord mundial y una marca olímpica- en igual número de eventos (400 metros estilos y los 200 metros estilos, respectivamente) muchos están comentado que la competidora china "salió de la nada", levantando así sospechas sobre la posibilidad de dopaje.
Lo cierto es que Shiwen, quien empezó a practicar el deporte a los seis años cuando una maestra consideró que tenía manos y piernas grandes, y que a los 12 años fue incluida en el equipo nacional, comenzó a dar muestras de su calidad en el 2010.
En la Copa del Mundo de la FINA (2010) y los Juegos Asiáticos de Shangai (2011) ganó los 200 metros estilos y 400 metros, preparando así la escena para Londres 2012 donde llegó como una de las favoritas en ambas pruebas. Lo que no se esperaba eran sus tiempos inusuales.
El pasado sábado, Shiwen conquistó su primera medalla de oro cuando se impuso en la final de los 400 metros estilos con un nuevo récord de 4:28,43, mejorando su marca personal por cinco segundos y el récord mundial por un segundo.
Fue una actuación impresionante, pero fue la arremetida de Shiwen en los últimos 50 metros del evento que ha dado mucho de qué hablar ya que su tiempo parcial de de 28.93 segundos superó el registro 29.10 del estadounidense Ryan Lochte, quien fue el medallista de oro en la prueba masculina. Es más, los últimos 100 metros los nadó en un sorprendente 58.68, sólo tres centésimas menos que Lochte.
Luego, la nadadora estableció el lunes un récord olímpico (2:08,39 segundos) en los 200 metros y el martes volvió a quebrar el mismo con un registro de 2:07.57 para mejorar así su propia marca al subir a lo más alto del podio al dominar el evento
La joven sirena ahora está bajo la lupa y en medio de una polémica. Cada vez que se lance a la piscina le perseguirán los continuos susurros, aún cuando todas las pruebas de dopaje salgan negativos.
Será el precio, injusto a menos que se pruebe lo contrario, que tendrá que pagar debido al escándalo de dopaje que arropó a la natación china en la década de los noventa.