Del Potro se encuentra entre la indignación y la satisfacción

Ya lo dijo Manu Ginóbili hace algunos años: “El tener fama y dinero ahora no significa que el camino haya sido fácil”. Juan Martín Del Potro conoce a la perfección esa sensación. Todos vimos cómo hace un par de días eliminó al uno del mundo, Novak Djokovic, a quien dejó llorando a lágrima suelta. Fueron los segundos Juegos Olímpicos en los que deja fuera al serbio (hizo lo mismo en Londres 2012 para lograr la medalla de bronce). Vimos el júbilo del tenista argentino, y cómo un día después se deshizo de Joao Souza en la siguiente ronda.  

Sin embargo, Del Potro no siempre ha vivido sumido en la gloria de las victorias. El rosario de lesiones y contratiempos que vivió a lo largo de su carrera le enseñó a caer para volver a levantarse, una y otra vez. El año 2008 fue especialmente difícil con varias lesiones. En 2010 logró su mejor puesto en el ranking mundial (cuarto) y también tuvo que lidiar con la primera lesión en la muñeca, zona que volvió a lesionarse en 2014 y en la que necesitó una cirugía. La recuperación fue ardua y solitaria, y el tenista compartió el momento con su grupo de amigos en abril.  

“Uno está solo en el gimnasio, no hay nadie. Diluvia en Buenos Aires, las ganas de entrenar son muy pocas, las ganas de salir de la cama son muy pocas, no tener a nadie que lo motive ni que lo acompañe hace mucho más difícil todo. Pero el orgullo y el amor propio, es mucho más fuerte. Yo estoy acá gracias a ustedes que son mis amigos, y siempre me bancaron cuando estuve muy mal. Entonces ahora todo el esfuerzo es para que puedan disfrutar verme jugar y para que durante muchos años más estemos todos juntos peleando porque yo pueda ser feliz adentro de una cancha”, señaló el campeón del US Open en 2009 mientras se ejercitaba.

Recogió sus frutos y en su ejemplo se ve reflejado el mensaje que transmitió Ginóbili: “El que la sigue, la consigue”, en el tenis, en el básquetbol o en la vida.

Del Potro está viviendo los Juegos con la satisfacción de la victoria en singles, pero con la indignación de un calendario que se hace cuesta arriba y, obviamente amenaza con lesiones.

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“No puedo creer que haya jugado hoy (por el lunes) después de haber terminado tan tarde ayer. Menos puedo creer que tenga que jugar ahora el dobles”, alegó. Sus dos triunfos en individual no lo repetió en el partido en el que hizo pareja con Máximo González contra Rafa Nadal y Feliciano López. Las quejas de la Federación no sirvieron de nada y a Del Potro lo que le queda es seguir preparándose para la próxima cita. El objetivo: superar el bronce de Londres.

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