Los hijos del dolor

Los hijos del dolor

Ser hincha del Atlético de Madrid lleva implícita la impronta del sufrimiento extremo, los adeptos a la camiseta rojiblanca, como dice Willie Colón, tienen beca en la escuela del dolor.

Dos momentos traumáticos

Hans-Georg Schwarzenbeck y Sergio Ramos, Bayern Múnich y Real Madrid, Bruselas y Lisboa; cuarenta años de diferencia y el mismo resultado. Al parecer las maldiciones existen, y si en el fútbol europeo hay una que retomó vigencia después del minuto 92 con 51 segundos de aquel 'Derbi de Madrid' convertido en final europea, es la del Atlético de Madrid.

El partido había sido un guión adaptado de la película que todos presenciamos durante los últimos tiempos, dos equipos muy parejos, el Atlético de la táctica y el Real Madrid de la 'pegada'. El Atlético como representación del trabajo en equipo, la solidaridad y el orden, Real Madrid como representante de la opulencia, el poder del talento individual y la jerarquía histórica.

Un cabezazo directo al corazón

Pegó primero el equipo de los pobres, el del sur de Madrid, los 'colchoneros' que todo lo que ganan, lo poco que ganan, lo tienen que sufrir, lo tienen que 'currar'. Godín aprovechó la torpeza de Casillas y con esa cabeza eficaz, tan confiable en defensa como en ataque, invitó a la feligresía rojiblanca a abrazar un sueño esquivo, el de ganar su primera Champions League.

Pasaron los minutos, llegó el segundo tiempo y el Real Madrid mandó los portaaviones con todos los misiles y los aviones en modo de ataque, sobrevolaron el espacio aéreo de Courtois, desplegaron toda la artillería sobre la zaga atlética, sitiaron los límites de la retaguardia de los soldados de Simeone; el fuerte rojiblanco no cedía.

Pasó el tiempo reglamentario y el cuarto árbitro anunció cinco minutos, ¡CINCO MINUTOS! fue la exclamación general del aficionado Atlético. Nunca se perdieron cinco minutos, si el resultado fuera al revés, la adición sería de dos minutos. Pequeñas licencias que tienen los grandes.

Jamás sabremos si hubiesen adicionado dos minutos, lo que si sabemos es que cuando los jugadores del banquillo del ´colchonero´ ya celebraban el suceso más grande de la historia del ´Atléti´, apareció Sergio Ramos después de un corner y girando la testa la mandó a guardar pegada a la base del poste de la mano derecha del portero belga. El resto es historia.

El gol de cabeza de Bale, la celebración de un penal estúpida, de un jugador tan fabuloso como estúpido, y la ´Décima¨ en las manos de Iker Casillas en el palco.

Revancha a la vista

Hoy, con tan solo una temporada de por medio, el destino cita en San Siro a los mismos protagonistas con la oportunidad de reescribir la historia. Se mantendrá la maldición, o por el contrario el Atlético de Madrid terminará con los fantasmas que condenan su complicada existencia?

Si los dioses del fútbol existen y la vida aún guarda algo de justicia en el tanque, los muchachos de Simeone levantarán el trofeo de clubes más importante del planeta en el Meazza.