La sinceridad de Jorge Sampaoli

Hasta que su nombre comenzó a tomar notoriedad gracias a los campeonatos conseguidos por la U de Chile, Jorge Sampaoli era casi un desconocido dentro del ambiente del fútbol.

Esas conquistas lo catapultaron a la selección nacional. Reconocido como uno de los discípulos de Marcelo Bielsa, el rosarino demostró que el cargo no le quedaba para nada grande.

Clasificó a Chile al Mundial de Brasil, donde cumplió una destacada labor y fue la cabeza que guio a La Roja a la conquista de la primera Copa América en la historia del país sudamericano.

Más allá de su profesionalismo, Sampaoli no reniega de sus orígenes y acaba de declarar que le dolió ganar esa final contra su país. Las raíces tiran y no debe ser nada fácil tener enfrente a los colores de la patria, por más fútbol que sea.

Mucho se ha hablado del tema, de la dificultad que significa dirigir a una selección cuando se enfrenta a la del país de origen.

Basta mirar el panorama actual de la Eliminatoria de la Conmebol donde seis de las diez selecciones son dirigidas por argentinos (Gerardo Martino en Argentina, Juan Antonio Pizzi en Chile, Ramón Díaz en Paraguay, José Pekerman en Colombia, Ricardo Gareca en Perú y Gustavo Quinteros en Ecuador), una situación puede generar conflictos, suspicacias y hasta sospechas por más que jamás se ha comprobado nada oscuro y absolutamente todos los seleccionadores han sido fieles a sus principios morales y profesionales.

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