La noche negra de River Plate

El fútbol es así. Muchas veces injusto, con situaciones inmerecidas de acuerdo al desarrollo de un partido.

Lo sucedido en la noche del jueves en el estadio Monumental de River Plate es el fiel reflejo de eso. Cuando le pelota no quiere entrar, no entra. Pase lo que pase, duela a quien le duela.

River Plate fue ampliamente superior a Juan Aurich. Lo pasó por encima. Pero el marcador final fue 1 a 1, aunque parezca mentira.

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Si no fuera porque el destino o la suerte o como quieran llamarlo se ensañó con los dirigidos por Marcelo Gallardo, el marcador pudo haber sido 5 o 6 a 1 a su favor.

Y si hubo un futbolista que recordará para siempre esta nefasta noche, ese fue el colombiano Teo Gutiérrez, al que los tres palos le negaron tres gritos de gol. ¿Definió mal? Para nada, lo hizo como debía hacerlo, sólo que la pelota no quiso entrar. Así de sencillo.

Ahora River depende del resto y, claro, también de si mismo. Debe ganar los dos partidos que le quedan (Tigres en Monterrey y San José de Oruro en Buenos Aíres) y esperar. O Rezar. O resignarse a lo que le depare el destino.

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