De Sudamérica a la China

Habitualmente el sueño de cualquier joven futbolista sudamericano es llegar, algún día, a jugar en los grandes clubes europeos. Lo fue hace 50 años y así continuó con el correr de las décadas, inclusive sigue siendo el gran objetivo en los tiempos que corren.

Pasarán muchos años para que esa situación cambie. ¿Quién puede competir en prestigio, calidad de vida, experiencia, nivel y salarios con un Real Madrid, un Barcelona, un Manchester United, por nombrar sólo algunos de los clubes de elite del Viejo Continente? Hoy por hoy nadie, pero…

Y ese pero es China. Sí, la China, un país sin historia, sin antecedentes, sin prestigio futbolístico pero con un poder económico que poco a poco le comienza a hacer sombra al resto del mundo, inclusive a Europa.

Claro, no es lo mismo jugar en el Real Madrid que en el Guangzhou Evergrande, eso es indiscutible. Pero, ¿quién rechaza sueldos que triplican en muchas ocasiones lo que ganan en Sudamérica o en Europa mismo?

Hoy el futbolista sudamericano sumó un nuevo destino, una nueva manera de incrementar sus cuentas bancarias con todas las de la ley en una carrera que es corta y en la que hay que saber aprovechar las oportunidades para asegurar el futuro.

Vamos a dar unos cuantos ejemplos de los que decidieron mudar su fútbol al otro lado del mundo, buscando nuevos horizontes y una nueva y buena manera de ganar excelentes salarios.

El más reciente y sorprendente fue el colombiano Jackson Martínez, quien dejó el Atlético de Madrid para irse al Guangzhou Evergrande, quien pagó 45 millones de dólares por su pase.

Es el mismo equipo donde juega el brasileño Robinho, lo dirige Luiz Felipe Scolari y al que lo van a ver 45 mil espectadores promedio por partido.

Otros dos colombianos están en el Shanghai Greenland Shenhua: Gio Moreno y la flamante incorporación: Freddy Guarín, quien llegó del Inter italiano.

En el Chang Chun Yatai están el boliviano Marcelo Martins y el ecuatoriano Miller Bolaños, en el Shanghai SIPG, que dirige el sueco Sven Goran Eriksson, juega el argentino Darío Conca, con uno de los mejores salarios.

El brasileño Renato Augusto dejó el Corinthians, donde ganaba 340 mil dólares por mes para pasar al Beijing Guoan, donde percibe 2 millones en el mismo término, mientras que su compatriota Diego Tardelli juega en el Shandong Luneng.

Otro brasileño que dejó la Premier League y viajó a Oriente fue Ramires, quien dejó el Chelsea para pasar al Jiangsu Suning a cambio de algo más de 36 millones de dólares.

Estos son algunos de los ejemplos más importantes, de los más famosos. La Super Liga China quiere calzarse los pantalones largos y competir con las más poderosas del mundo.

Ya el propio gobierno ha ordenado que 20 mil escuelas comiencen a disputar torneos nacionales para que los niños vayan formándose de la mejor manera. China no se quiere quedar atrás y de seguir en este camino muy pronto se transformará en una nueva potencia competitiva, sobre todo desde el punto de vista económico.

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