Copa Argentina: El papelón arbitral que arruinó la Final

Siempre sostuve (y sigo sosteniendo) que el error arbitral es parte del fútbol. Así como un gol fallado, una patada artera o cualquier otro “ingrediente” que lo hace tan pasional y polémico a la vez.

El árbitro de la final de la Copa Argentina reconoció en Aeroparque que el penal que sancionó no había sido dentro del área. Será parado este fin de semana.
El árbitro de la final de la Copa Argentina reconoció en Aeroparque que el penal que sancionó no había sido dentro del área. Será parado este fin de semana.

Pero cuando esos errores se multiplican para un solo lado y desvirtúan un partido, y sobre todo una Final, da cierto grado de vergüenza, de impotencia, de decepción, más allá de los fanatismos que nos puedan identificar, en este preciso caso, con el equipo que finalmente se quedó con el título.

Boca Juniors ganó este miércoles la Copa Argentina, el segundo título en tres días (el domingo se había consagrado campeón del torneo local). Nadie puede poner en duda la legitimidad de ambas conquistas. Lo lamentable fue la manera en la que ganó el segundo.

La actuación del árbitro Diego Ceballos fue censurable por tres jugadas que quedarán para siempre en la polémica.

La primera sucedió a los 37 minutos de juego. Un centro al área de Boca, cabezazo de Marco Ruben al gol y el línea levanta la bandera ya que el delantero Marcelo Larrondo estaba apenas adelantado. Si bien fue muy fina, en esta jugada tal vez se les podría dar la derecha a los árbitros.

La segunda fue la que comenzó con la controversia. Le cobró un penal a Boca donde se observa que claramente la falta de Ferrari a Peruzzi fue afuera del área. Lo peor del caso es que estaba en una posición favorable para ver la jugada y que el asistente ni siquiera intentó persuadirlo del error cometido.

Y la tercera fue el segundo gol de Boca, donde Andrés Chávez, ya en tiempo de descuento, estaba en clara posición adelantada.

Ahora, como siempre ocurre, buscarán a los culpables. ¿Boca? ¿Central? Para nada. Ni uno ni otro tienen culpa de nada, inclusive si la cosa hubiese sido al revés.

¿A quienes designaron a un árbitro que no estaba en condiciones de dirigir una Final? Tal vez. El propio presidente de la AFA, Luis Segura, alzó su voz crítica, como todo el mundo lo ha hecho.

Ya en 2014 el propio Ceballos había sido acusado por el entonces técnico de Olimpo de Bahía Blanca, Walter Perazzo, de haber alentado a los jugadores de Boca en un partido que finalmente el Xeneize ganó 1 a 0.

Pero no sólo a Boca “benefició”. ¡También lo hizo con el propio Rosario Central! Fue este mismo año, el 22 de febrero, cuando el conjunto Canalla recibió Tigre. Iba perdiendo 1 a 0, lo igualó y al minuto 12 de adicional (cuando en realidad debió haber agregado 8) le cobró un gol a Central donde había 6 jugadores fuera de juego.

Por lo pronto ya Diego Ceballos no dirigirá en la última fecha del campeonato este fin de semana. Y el mismo juez pidió disculpas por sus errores.

 

Una vez más el fútbol deja un sabor amargo en ambas partes, porque por más que Boca haya ganado un nuevo título no se disfrutó a plenitud por parte de sus hinchas. Y ni que hablar de los de Rosario Central, tristes, decepcionados pero orgullosos de la enorme campaña que hicieron a lo largo del año pero que no pudieron coronar con un título.

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