Cinco años después, resurge el tema del descenso de River

Mucha agua pasó por debajo del puente. Muchas culpas se han echado. Muchas acusaciones se han escuchado. Muchos dedos han señalado a los supuestos culpables del descenso de River Plate, sucedido el 26 de junio de 2011.

¿Quién tiene la verdad? ¿Quién puede asegurar que hubo responsables fuera de la órbita específicamente futbolística? ¿Quién puede confirmar a ciencia cierta que los causantes de la etapa más dolorosa de una de las instituciones más prestigiosas del mundo sean personas ajenas al club?

Una de esas acusaciones, desde un principio, apuntó a Julio Humberto Grondona, el ya fallecido expresidente de la Asociación del Fútbol Argentino. Se dijo que supuestamente mandó a River al descenso para “vengarse” de Daniel Passarella, el entonces presidente del Millonario, que tuvo el “atrevimiento” de enfrentarlo.

Inclusive se reforzó esa teoría luego del famoso penal que el árbitro Sergio Pezzotta no le cobró a River, en el partido ante Belgrano en el Monumental, cuando el local ganaba 1 a 0 y tenía la posibilidad de igualar el global a dos goles, lo que le aseguraba la permanencia en la Primera División.

Este jueves, el diario Clarín de Argentina, publica un reportaje con Guillermo Marconi, titular de SADRA (Sindicato de Árbitros de la República Argentina), el propio Pezzotta y Juan Pablo Pompei, quien había estado en consideración para dirigir ese partido ante los cordobeses.

En ella los tras aseguran que tanto Grondona como la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner hicieron todo lo posible para que River no descienda.

En la siguiente nota aparece le video con la confesión de los tres, inclusive el propio Pezzotta rompe en llanto al recordar tan amargo día.

Hoy Grondona no está. Cristina no es más la presidenta. Los tres hablan con absoluta seguridad. Ya queda en la consideración de cada uno creerles o no lo que expresan. Lo único real es que la historia escribió una página más, la más dura y lamentable de un club de los quilates de River Plate.

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