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Arco abierto

Tomando distancia y observando el panorama de los tiempos pasados, Argentina se caracterizó por tener muy buenos arqueros.

Sólo basta con repasar la historia desde el primer campeonato del mundo conseguido por la Albiceleste en 1978. Aquel equipo dirigido por César Luis Menotti contaba con Ubaldo Matildo Fillol, uno de los más reconocidos de la historia y arma clave para la conquista del mencionado título.

Más tarde llegaron Nery Alberto Pumpido, Sergio Goycoechea y hasta podríamos nombrar a Carlos Fernando Navarro Montoya que, si bien no pudo jugar en la selección por razones reglamentarias, fue uno de los mejores de su época.

Después pasaron, entre otros, Carlos Roa, Pablo Caballero y Roberto Abbondanzieri, tal vez sin el alto nivel de los antes nombrados, pero que cumplieron en distinta medida.

A casi cuatro meses del inicio del Mundial 2014, una de las falencias con que cuenta la selección argentina es el puesto de arquero. Ni Sergio Romero ni Mariano Andújar, los dos habituales convocados, son titulares en sus equipos (Monaco y Catania, respectivamente), un hecho no menor, que preocupa, y que a pesar de esas circunstancias siguen contando con el apoyo del técnico Alejandro Sabella.

En un país de casi 45 millones de técnicos, donde el fanatismo por el fútbol es más que reconocido, es moneda corriente los constantes pedidos por los arqueros locales, sobre todo por Agustín Orión (otro de los que suelen ser convocados pero con muy poca participación) y por Marcelo Barovero.

Sin embargo ni uno ni otro han tenido en el último Superclásico actuaciones como para transmitir confianza. Es cierto que un partido malo lo tiene hasta el mejor de los mejores, pero en un momento donde las urgencias dominan esas flojas demostraciones no dejan de generar más dudas.

¿No será el tiempo de Willy Caballero? Campeón Mundial Sub 20 en 2001, el actual portero del Málaga está atravesando por un gran momento. No sólo es figura de su equipo sino que es su tercer capitán, en clara muestra del liderazgo que posee dentro del plantel andaluz.

La experiencia indica que hay que tener sabiduría a la hora de elegir a los mejores en su mejor momento. El presente de Caballero es brillante, por lo tanto merecería la oportunidad de, al menos, ser convocado.

En un Mundial no se puede fallar y el puesto de arquero es uno de los más importantes, la base de la columna vertebral del equipo, el que irradia confianza al resto, el que ordena la defensa, por lo tanto improvisar o dejarse llevar por la “fidelidad” podría llegar a ser fatal.

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