¿Es justo el reclamo de LeBron James?

En un partido celebrado en enero de 2002, en el United Center, entre los Chicago Bulls y los Lakers de Los Ángeles, el poste del quinteto angelino, Shaquille O'Neal, intentó hacer una canasta a corto rango, su especialidad, pero en el camino al aro se encontró tanto con la oposición del delantero de poder Charles Oakley y con la del pívot del otro equipo, Brad Miller.

Oakley lo recibió con un codazo y un intento de estrangulamiento, mientras Miller lo pilló de frente con un empellón y llevó las de perder. Shaq se lanzó con todo contra Brad y, por fortuna, falló un jab de derecha que incluso Mike Tyson le habría envidiado (por la potencia más que por la dirección), pero esto desencadenó una auténtica reyerta callejera. Si lo conecta, noquea al otrora poste de Kings, Pacers y Bulls.

 

 

O'Neal, frecuentemente el receptor de faltas duras y mal intencionadas, se hartó. Respondió hacia Miller y se fue a los puñetazos. Ese derechazo, no conectado, le valió para una suspensión de tres juegos. El entonces entrenador del equipo, Phil Jackson, un tipo sagaz y que sabía cómo usar a la prensa para mandar mensajes a la liga, árbitros y rivales, o a sus propios jugadores, en aquella ocasión dijo que no le sorprendía en lo absoluto la reacción de Shaq, porque cada noche se llevaba una paliza. También dijo que era lógico y merecido el castigo, porque no podías irte a las manos de ese modo, aunque también responsabilizó a los oficiales por permitir que el juego llegara a ese punto y no prevenir la situación.

Tras ese juego, el lenguaje de Jackson cambió. Dejó de mandar mensajes codificados para enviarlos sin pelos en la lengua y con toda claridad para manifestar que estaba preocupado que los árbitros y la propia liga no pudieran interpretar las faltas a su poste, un tipo alto, corpulento (2,16 metros/ 150 kilos) y que no importaba cuán fuerte lo golpearas, no parecía para tanto el contacto.

El mes pasado, el entrenador de los Cavalies, Tyronn Lue, quien fue compañero de O'Neal en LA por tres campañas, hizo la conexión entre Shaq, como el jugador más complejo para marcarle faltas por parte de los oficiales en aquel entonces y LeBron, como ese especimen de nuestros tiempos, incluso Lue le llamó a James el "Shaq de los guardias y delanteros", por su corpulencia y tamaño.

 

 

Ahora James está sintiendo ese mismo calor del que alguna vez O'Neal se quejó. Por su tamaño (2,03 metros / 113 kilos), es muy grande para ser un jugador perimetral, y los árbitros, quienes se dejan llevar por sus instintos para cobrar las faltas y su dureza, tienden a desestimar el tipo de contacto que jugadores de las dimensiones de LeBron, DeMarcus Cousins, Hassan Whiteside, Dwight Howard, Draymond Green o Jared Sullinger, por mencionar algunos, suelen recibir juego a juego y de manera consistente.

 

CLEVELAND (E.U.), 17/05/2016.- LeBron James de los Cleveland Cavaliers en acción ante Bismack Biyombo de los Toronto Raptors, martes 17 de mayo de 2016, durante el Juego 1 de la Final del Este que se disputa en el Quicken Loans Arena en Cleveland, Ohio (Estados Unidos). EFE/DAVID MAXWELL
CLEVELAND (E.U.), 17/05/2016.- LeBron James de los Cleveland Cavaliers en acción ante Bismack Biyombo de los Toronto Raptors, martes 17 de mayo de 2016, durante el Juego 1 de la Final del Este que se disputa en el Quicken Loans Arena en Cleveland, Ohio (Estados Unidos). EFE/DAVID MAXWELL

 

En el Juego 1 de la Final de la Conferencia del Este, DeMarre Carroll y Bismack Biyombo, de los Raptors, tuvieron dos de esos contactos duros sobre James, quien al final del juego declaró que las líneas divisorias entre las faltas comúnes y las flagrantes eran borrosas cuando se trataba de él y que desconocía el porqué pasaba eso.

Y al parecer tampoco lo saben los árbitros. El contacto sobre los jugadores altos y corpulentos ha derivado en quejas del mismo estilo a lo largo de la historia de la liga, no es algo que se remonte al mes pasado. Una buena manera de poner las cosas en contexto es si dos vehículos de la marca, por ejemplo, KIA, un Soul digamos, choca contra otro Soul a unos 80 kilómetros por hora, eso sería un encontronazo. Pero, ¿qué pasaría si ese Soul se impacta a esos 80 kilometros sobre un tráiler? El impacto es el mismo, pero el tráiler no va a resultar tan dañado.

 

 

¿Deberían marcar más faltas en favor de LeBron y los jugadores corpulentos o están exagerando?

 

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