Se extiende el sueño del único equipo que compite descalzo

Hace casi seis años en el territorio conocido como "nudo mixteco", que se desprende como una cordillera desde Tlaxiaco y Juxtlahuaca en la confluencia de las sierras Madre Oriental y Occidental, al oeste del estado de Oaxaca, nació el proyecto de Sergio Zúñiga, un visionario entrenador de basquetbol que soñaba con que los niños de esas comunidades indígenas aspirarán a una mejor calidad de vida a través del estudio y el deporte.

“En esas comunidades los niños comienzan a trabajar desde muy pequeños. A los cinco o seis años se integran a las labores del campo y pensar en el estudio no les está permitido. Su desayuno se limita a una gelatina con salsa encima y por lo tanto fue muy complicado hacerle entender a los padres de familia que a través de la educación y el deporte podrían aspirar a una oportunidad en la vida”, señala Zúñiga.

Tras convencer a varias familiares se puso en marcha un proyecto de promoción deportiva en que literalmente se entrenaba entre piedras y lodo, pero en un par de años el llamado Equipo de Basquetbol Infantil Triquis logró dar un salto, primero a nivel nacional y luego en el plano internacional.

“Quitar dos manos en el trabajo del campo siempre será muy complicado para una familia. Los padres pensaban que estos niños iban a perder el tiempo conmigo y que un balón no les iba dar una solución y menos un libro. Además, por las condiciones de pobreza en la que se vive en esas comunidades, infraestructura deportiva no existía. Ahí no hay ligas, escuelas academias o clubes donde se pudieran desarrollarse actividades deportivas. No obstante, poco a poco se fue convenciendo a los padres, primero para sacar a los pequeños de su comunidad y llevarlos a competir a otros estados.

Gracias a sus buenas actuaciones, a los chicos les regalaban zapatos, ropa y despensas. Luego al regresar a sus hogares ellos le demostraban a sus familiares que practicar deporte brindaba esperanza de una vida mejor”, agrega el entrenador.

El año pasado y luego de competir en varios torneos estatales, los “Gigantes Descalzos de la Montaña” –como también es denominado el equipo – fueron invitados a participar en el 4° Festival Internacional de Minibasquetbol FIBA Américas en Argentina, certamen donde se coronaron campeones invictos arrasando con los siete equipos a los que enfrentaron.

Al realizar un recuento del meteórico ascenso que han tenido los niños Triquis, su entrenador no duda en confesar que salieron de la nada: “Arrancamos de cero y luego de un arduo proceso que contempló visitas a las 32 comunidades que integran la región Triqui, se realizó la Fiesta del Estudiante Indígena, evento donde compitieron 800 niños, de los cuales 150 fueron seleccionados para integran la primera generación de este proyecto, lo demás se fue dando poco a poco hasta lograr la oportunidad de competir fuera de México”.

Si bien es cierto que ganar el reconocimiento deportivo y hasta de la clase política mexicana les permitió a los doce niños que resultaron campeones en el torneo de Argentina asegurar su educación de por vida. El proyecto deportivo Triqui sigue en marcha y actualmente son más de mil los niños que entrenan en la zona más pobre de Oaxaca y que gracias a los “Gigantes Descalzos de la Montaña” por lo menos ya tienen un desayuno garantizado gracias un patrocinador que se suma al proyecto.

Con sus destacadas actuaciones, a los niños de la montaña se les abrirán más puertas. En mayo asistirán a la Universidad de Texas donde se les impartirán charlas motivacionales, en junio competirán en Barcelona y Francia, en julio irán a Orlando y en agosto estarán otra vez en la casa de los Spurs de San Antonio, donde enfrentarán a varios equipos para demostrarles que sin nada se puede llegar tan lejos como se quiera.

En el proyecto de los niños triquis deporte y educación van de la mano, pues a todos los lugares a donde van los niños indígenas de Oaxaca les acompaña un pedagogo que les imparte sus lecciones escolares. En este equipo sólo hay dos cosas que no se deben descuidar: mantener un promedio de calificaciones de 8.5 como mínimo y conservar el idioma de su comunidad que lo mismo puede ser mixteco que zapoteco.