Los defraudadores de la NBA

A menudo los scouts o visores se equivocan, incluso más veces de las que aciertan. Justo cuando parece que le han echado el ojo al candidato ideal para su equipo en el Draft de la NBA, pues el susodicho reúne las características deseadas, en lo físico, en lo atlético, y por todo lo que han mostrado en su etapa colegial o internacional antes de llegar a la NBA, parecen haber dado en el blanco al elegir al jugador que habían estado esperando.

Pero la lista de busts, como le llaman en inglés, o embustes, de jugadores que aparentaban ser un ídolo horneándose a fuego lento, son un fenómeno muy común.

Uno de ellos es quizás el más célebre de todos es Sam Bowie, quien fue, es y será recordado por siempre como “el tipo que fue seleccionado antes que Michael Jordan”. Aunque no puede culparse del todo a los Trail Blazers de Portland porque ya tenían en sus filas a un escolta de gran calidad como Clyde Drexler, no dejas pasar a un jugador en aquel entonces tan prometedor como MJ.

Las lesiones, muchas de ellas devastadoras y escalofriantes, acabaron con su carrera, dilapidaron la ilusión y lo dejaron con ese estigma que los perseguirá como su sombra por el resto de sus días.



Otro de los grandes defraudadores de la NBA fue el otrora estrella de la Universidad de Gonzaga, de donde surgió un inmortal como John Stockton. Nos referimos a Adam Morrison, quien fue reclutado en el Draft de 2006 como la tercera selección global por los entonces Bobcats de Charlotte.

Morrison fue tomado por delante de jugadores como Rajon Rondo, por ejemplo, aunque capturó un par de anillos de campeón de la NBA con los Lakers de Los Ángeles, aunque simple y sencillamente calentando la banca, como un don nadie.

Lo mejor que hizo durante su carrera fue en un encuentro anotarle 30 puntos a los Pacers de Indiana. Actualmente trabaja en Gonzaga como entrenador asistente.



Harold Miner se añade a esta lista infame de defraudadores. El exjugador del Miami Heat, ganador en dos ocasiones del concurso de clavadas de la NBA, se retiró apenas a los 25 años de edad, debido a las lesiones en la rodilla que fueron devastadoras y no le permitieron llevar más allá su carrera, aunque difícilmente habría podido.

El apelativo de Baby Jordan, le ponía más presión que darle ánimos por todo lo que el mote implicaba. Su carrera fue muy corta y permaneció en el anonimato por más de 15 años, hasta que en 2013 regresó a su alma mater, la Universidad del Sur de California, donde retiraron su número. Vive en Las Vegas y se hace cargo de su familia.



Una larga lista de estos decepcionantes jugadores está contenida en el siguiente link, donde se pueden apreciar las altas expectativas que se tenía de ellos, lo que hicieron durante su carrera y después de la misma. Algunos de estos jugadores, por desgracia, ya fallecieron. Otros no la pasan tan mal y algunos siguieron con su carrera en otras partes del mundo.


http://www.lostlettermen.com/slideshow/nbas-biggest-draft-busts-where-are-they-now