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La vida después de la NBA

Tras una carrera exitosa y larga dentro del mejor basquetbol del mundo, Steve Nash ha hallado muy difícil el alejarse de las duelas y sigue ligado al deporte de sus amores aunque ya no puede seguir jugando.

A los 41 años, Nash, dos veces MVP de la NBA, es el gerente general de la Selección de Canadá, que por estos días compite (y arrasa) en el FIBA Américas 2015 en la Ciudad de México.

Sonriente tanto con la prensa como con los aficionados que a lo lejos gritan su nombre, pero siempre rodeado de un cerco de guardaespaldas, extraer palabras del otrora estelar movedor había sido complicado hasta ahora. Pero se anunció una conferencia de prensa con el ocho veces seleccionado al Juego de Estrellas de la NBA, y pudimos conversar con él.

Para los periodistas canadienses, más habituados a charlar con Nash, por obvias razones, lo que les inquietaba un poco de todos modos era la perspectiva que tenía de cómo miraba a los jugadores de la selección de la hoja de maple. Para algunos otros, como este servidor, teníamos otras dudas.

Personalmente le pregunté qué tan fácil o difícil estaba siendo para él esta transición de ser un jugador exitoso a ocupar un puesto extra deportivo. Esas y algunas otras cosas respondió el jugador.



Quizás quedó una pregunta o varias en el aire. Seguro, la que muchos teníamos en la punta de la lengua, pero para no estropear el tema de la camaradería, decidimos dejar en la cartuchera. Sí, se trataba sobre su abrupta y cuestionable salida de los Lakers de Los Ángeles.

Usualmente un jugador vitoreado, aplaudido, Nash recibió críticas al por mayor cuando los Lakers le ofrecieron un jugoso contrato que no logró levar al pie de la letra a causa de sus lesiones, pero lo que hizo enfurecer a los aficionados del equipo angelino fue que aún cuando se reportaba como en la lista de lesionados, se le captaba haciendo algunas otras actividades como baloncesto informal o practicando su swing de golf, lo que desató la ira.

Incluso, como parte de el inevitable final de su carrera, empezó a grabar un documental en el que describía su sentir, The Finish Line, en donde iba describiendo poco a poco su sentir, sus pensamientos en esta etapa en la que su trayectoria estaba por llegar a su conclusión.



Es probable que no volvamos, en lo que resta del torneo, a charlar de nueva cuenta con Steve Nash, esa pregunta quedará en el aire así como especular cuál habría sido su respuesta. La pregunta es, ¿por qué permitió que su digna y heroica carrera sufriera un raspón al actuar en la parte final del modo en el que lo hizo?

Será para otra ocasión.