La generosidad de Russell Westbrook con una madre soltera

Una de las tantas cualidades del estelar armador del Oklahoma City Thunder, Russell Westbrook, es la de pasar el balón, y realmente hace un trabajo espléndido al respecto pese a que con suma regularidad figura como el líder anotador noche tras noche de su equipo, y eso que tiene como compañero a Kevin Durant, uno de los anotadores más prolíficos de la NBA en muchos años.

Es cierto, Westbrook es un jugador muy completo, apasionado, intenso y altamente competitivo. Es inevitable que un basquetbolista con todas estas cualidades no sea considerado esta campaña (y más aún con el tipo de actuaciones que ha tenido, apilando triples dobles a montones) como serio aspirante a adjudicarse el título de MVP. Tampoco puede evitar acaparar la atención y las miradas con su electrizante juego.

Pese a ello, insistimos, la estrella del OKC Thunder es un tipo sumamente generoso.

Recordarán la brillante actuación que casi se convierte en récord de todos los tiempos, el pasado 15 de febrero, en el Juego de Estrellas, cuando Westbrook anotó 41 puntos en el Madison Square Garden de Nueva York. Ese altísimo puntaje, el segundo más alto en la historia de estos encuentros, le otorgó el premio MVP del All Star, y con ello, un premio, una camioneta de la marca Kia Motors, uno de los principales patrocinadores del evento.

La generosidad de Westbrook trasciende la duela, no es sólo compartir el balón con sus compañeros, sino también lo que tiene y a los demás le hace falta.

El estelar base del Thunder comprobó esto al donar su camioneta a una madre soltera y con dos niños. Westbrook dijo que pretendía honrar el arduo trabajo que ha hecho por mantener unida a su familia y ayudar a otros en el mejor modo posible.

El lunes pasado, Kerstin Gonzales, pensó que se trataba de un día más en la oficina, pero mientras esperaba por alguien, la chica de 19 años recibió una visita especial. Y ni más ni menos, se trataba de Wesbrook, quien le entregó las lleves de una Kia Sorento que la hizo doblarse y llorar de la emoción… al inicio pensó que se trataba de una tomada de pelo, pero pronto descubrió que no era así.