Hay que disfrutar de Kobe...

Aún siendo un menor de edad, rodeado de escepticismo, con apenas 17 años, el juvenil y desconocido Kobe Bean Bryant, de la preparatoria Lower Merion, de Pensilvania, estaba para ser elegido en el Draft de 1996.



Horas más tarde, los Lakers de Los Ángeles se lo canjearon a los Hornets a cambio de Vlade Divac, y ese habría de ser uno de los peores pactos en el día de Draft de toda la historia.

Parece que fue ayer cuando ese impetuoso joven decía que le iba a patear el trasero a Michael Jordan, guiado por un fuego interno de alta competitividad, como la del astro al que quería opacar para que sobresaliera su luz propia.

La noticia rondaba por ahí en la atmósfera, pero la noche del domingo, Kobe Bryant, a través del sitio que fundara el shortstop de los Yaquis de Nueva York, Derek Jeter, para darle voz y un espacio a los atletas profesionales, anunció que la de 2015-16 sería su última temporada como jugador profesional de la NBA.

A manera de oda hacia el basquetbol, Kobe, con notorias palabras profundas, extraídas con dolor, nostalgia y orgullo, desde el fondo de su alma, de su corazón, anunció que mientras su mente y su corazón eran capaces de soportar el desgaste del día a día en la NBA, su cuerpo ya no estaba acorde a esas exigencias y que lo mejor era empezar a disfrutar de estos últimos momentos que le quedan en la duela.



En este link pueden leer, en idioma inglés, lo que Kobe escribió y el modo en el que lo hizo para decir que el retiro era la próxima parada en este maravilloso viaje que ha tenido en la NBA y en la que dejará no sólo una profunda huella sino unos zapatos muy difíciles de llenar, simplemente irreemplezable.

http://www.theplayerstribune.com/dear-basketball/


Hablar de la carrera de Kobe no sólo nos tomará tiempo, sino que hay tanto de dónde escoger que probablemente es buen momento de hacer una recopilación de lo mejor que nos ha dejado en la cancha. Como ese partido ante los Raptors el 22 de enero de 2008, en el que le endilgó 81 puntos a Toronto, en el Staples Center. Fue una locura auténtica. La cantidad más alta de puntos en la etapa moderna del juego, sólo por debajo de los míticos (literalmente) 100 de Wilt Chamberlain.



Los duelos que sostuvo de 1996 a 2003 con Michael Jordan, el tiempo en que le tocó competir directamente con el símbolo de los Chicago Bulls. No importaba que se tratara de un encuentro de temporada regular o del Juego de las Estrellas, a KB24 le daba igual, sólo quería competir y demostrarle a MJ que no era otro simple jugador de la NBA.




Bryant ocupa actualmente el tercer lugar de todos los tiempos en puntos (36,928) tras los 13 que anotó la noche del domingo ante los Pacers de Indiana, una noche en la que volvió a quedar de manifiesto que, desgraciada y tristemente, ya no es el jugador que solía ser y quizás no lo volverá a ser el resto de la temporada. Apenas embocó 4 de 20 intentos al aro.

Alcanzar a Karl Malone en el segundo lugar de todos los tiempos en puntos será complicado, y más si ya sólo le resta una campaña a Kobe. Actualmente promedia 15.7 puntos por encuentro, su total más bajo desde 1998.

El declive de Bryant comenzó en 2013, cuando tuvo una rotura del talón de Aquiles, una lesión que fue determinante para dejarnos a un Kobe inédito: frágil, capaz de doblegarse ante el impedimento físico más allá de su encomiable voluntad. Le siguieron una serie de lesiones que apenas le permitieron jugar 41 de 164 partidos posibles de 2013 a 2015.

El único e inevitable remedio ante el anuncio de Kobe, esperado o no, y que no deja de ser doloroso, será sintonizar la mayor cantidad de encuentros de los Lakers que, con marca de 2-14, todo hace indicar que el 13 de abril en Staples Center, ante el Utah Jazz, tendrá el final una de las carreras más ilustres, más celebradas y más increíbles de toda la historia en la NBA, pues los Playoffs este año en el Staples sólo se asoman para los Clippers.

Gracias Kobe, sólo nos resta disfrutar de tu magia, de tus jugadas, de tus palabras, de tus últimos encuentros en la duela, porque toda vez que llegue esa inevitable fecha, no habrá vuelta atrás.