Finalmente los Celtics en México

Uno de los equipos con mayor tradición y cantidad de seguidores, no sólo en los Estados Unidos sino en todo el mundo, como los Celtics de Boston, son la razón por la que muchos aficionados se engancharon con el deporte.

Puede ser que desde los tiempos de Bill Russell, los de Bob Cousy, los de Larry Bird o en épocas más recientes, pero para una gran cantidad de mexicanos el verde corre por sus venas. Y la visita de los Celtics es motivo de celebración.



El uniforme en verde y blanco no sólo es uno de los más sobrios y clásicos de la liga, sino que inspiran y transpiran tradición, historia, esencia triunfadora y que generan respeto por parte del rival por todo lo que engloba la franquicia a la que pertenece.



Esta es la primera ocasión que los Celtics visitan México y lo hacen en medio de una temporada en la que deben poner a prueba que el éxito que saborearon la anterior campaña no es casualidad sino que se debe al trabajo que conjuntamente han puesto para conseguir ese objetivo.

El primero en encabezar el contingente esmeralda fue Brad Stevens, el joven entrenador de los Boston Celtics. Stevens estuvo en la terna para el premio de entrenador del año y a pesar de no haberse quedado con el galardón, el haber estado en la conversación ya es algo para destacarse.



En esta nueva versión de los Celtics no hay un jugador de la talla de un Larry Bird, Bill Russell, Bob Cousy, Kevin McHale o Paul Pierce. Pero Stevens está tratando de imprimirle un sello propio y echar a andar un ambicioso proyecto que derive en una dinastía, como las que habitualmente ha tenido esta franquicia a lo largo de su laureada historia.

Desde su época en Butler, una modesta universidad en Indiana con la que llegó dos veces seguidas al Final Four, Stevens mostraba cualidades como un entrenador que sobresalía del promedio. Y lo sigue probando actualmente.



Con jugadores como Isaiah Thomas, Jared Sullinger, Kelly Olynyk, Avery Bradley, Marcus Smart, Tyller Zeller, Jae Crowder o Jonas Jerebko, Stevens pretende seguir consolidando un equipo joven y que sea autosuficiente, que sea capaz de resolver en momentos de apremio y de jugar sin miedo ante los grandes de la NBA, algo que ha ido conquistando gradualmente.




En definitiva, estos no son los Celtics por los que muchos aficionados se engancharon al equipo, pero sí son los que están apoyando. No hay un Pierce, un Bird, un Russel, un McHale o un Parish, pero existe optimismo para el futuro y la posibilidad de ver en directo al equipo de sus amores para muchos mexicanos, es ya una fecha para recordarse.