El nuevo peligro en la NBA, los coágulos sanguíneos

El nuevo peligro en la NBA, los coágulos sanguíneos

Por Israel Germán

Uno de los deportes que había permanecido por años incólume a las enfermedades o situaciones que abruptamente pudieran poner en riesgo la salud o la vida de los jugadores, era el baloncesto.

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En el hockey sobre hielo y el futbol americano se volvió un tema más claro, toda vez que los protagonistas se abrieron para contarlo, el de las conmociones cerebrales y los efectos secundarios por los medicamentos que tomaban para reponerse de los síntomas de una situación de esa magnitud y cuando en esas circunstancias eran enviados de vuelta al terreno de juego.

En el futbol soccer, el tema de los infartos súbitos y los aneurismas se ha vuelto algo, por desgracia, muy recurrente y científicos de todo el mundo trabajan arduamente para tratar de establecer qué es lo que origina en los futbolistas este patrón y reducir su incidencia.

Pero en el baloncesto ahora el gran peligro, el enemigo silencioso, tiene nombre: coágulos sanguíneos.

Desde hace un par de años empezó a sonar este caso, cuando al pívot brasileño de los Cavaliers de Cleveland,

Injured Cleveland Cavalier Anderson Varejao, left, talks with trainer Michael Mancias during an NBA basketball game against the Philadelphia 76ers Monday, Feb. 2, 2015, in Cleveland. (AP Photo/Mark Duncan)
Injured Cleveland Cavalier Anderson Varejao, left, talks with trainer Michael Mancias during an NBA basketball game against the Philadelphia 76ers Monday, Feb. 2, 2015, in Cleveland. (AP Photo/Mark Duncan)

, se le dio de baja el resto de la temporada, cuando en enero de 2013 se le diagnosticó un coágulo en el pulmón, que por fortuna fue detectado a tiempo y poco después el jugador de la ensortijada cabellera admitió que su vida pudo correr un grave riesgo de no haberse descubierto el problema.



De acuerdo con un texto de la Biblioteca Nacional de Medicina y los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, determinan que un coágulo sanguíneo:

“Se forma dentro de una de las venas o las arterias que se denomina trombo y también se puede formar en el corazón. Un trombo que se desprende y viaja desde un lugar en el cuerpo a otro se llama émbolo. Un trombo o émbolo puede bloquear parcial o totalmente el flujo de sangre en un vaso sanguíneo. Una obstrucción en una arteria puede impedir que el oxígeno llegue a los tejidos en esa área, lo cual se denomina isquemia. Si la isquemia no se trata oportunamente, puede provocar daños en los tejidos o la muerte. Una obstrucción en una vena generalmente provocará acumulación de líquido e hinchazón”.

El más reciente caso fue el del estelar delantero del Miami Heat, Chris Bosh, quien de pronto empezó a sentirse mal en una mini vacación en Haití, a la que asistió con el estelar escolta del Heat, Dwyane Wade, quien en Nueva York el viernes pasado comentó que estaba al tanto de que Chris empezaba a sentirse mal.

Foto tomada del Instagram de Chris Bosh
Foto tomada del Instagram de Chris Bosh



Fue revisado por los doctores del equipo y después se determinó que Bosh tenía un coágulo en uno de sus pulmones y aunque aún sigue en revisión médica, el jugador de Miami compartió a través de Instagram una foto en la que se halla en una cama de hospital pero con su hija, y de buen semblante.

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Tras la noticia, poco después de anunciarse que Bosh se perdería el resto de la temporada, tal como le pasó a Varejao en su momento —y hace un par de semanas al delantero de los Brooklyn Nets, el Mirza Teletovic, a quien se le detectó una embolia pulmonar bilateral, o dicho en términos más mundanos, coágulos sanguíneos— el astro de los Cavaliers de Cleveland, y excompañero de Bosh en Miami, LeBron James, le dedicó unas palabras y mensajes de buena voluntad a través de Twitter, en los cuales le manifiesta apoyo y envía plegarias para su pronta recuperación.

La semana pasada, esta misma situación, por desgracia, sí le causó la muerte a un exNBA, el delantero de los Trail Blazers de Portland en la década de los 80 y 90, Kerome Kersey, falleció a causa de un coágulo, que de la pierna se fue al pulmón y no hubo nada que pudiera hacerse al respecto y esto da una idea de cuán grave y delicado puede ser no atender un tema de esta naturaleza.

Kersey murió a los 52 años, de manera inesperada sin dudas, en buena medida, este post es en memoria de su trayectoria como jugador y también como persona, pues en sus últimos años se dedicó a ser un embajador del baloncesto, a ayudar a la gente necesitada y es por eso que su fallecimiento sigue dejando a muchos con incredulidad.




Con toda certeza todos y cada uno de los equipos de la NBA, así como de otras ligas, estarán más al pendiente de revisarse si se presenta algún síntoma que de inmediato se relacione con un coágulo sanguíneo, de lo contrario, las consecuencias pueden ser funestas.