Del cielo de la NBA, al suelo de la vida

Hace poco más de una década, el exposte de los Pacers de Indiana, David Harrison, pasó de ser una selección de primera ronda en el Draft de la NBA a lidiar duramente para hallar una fuente de subsistencia desde que su carrera en el basquetbol concluyó.

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¿Cuán grave y severo ha sido esto? Lo fue hasta el punto en que tuvo que tomar un trabajo en un McDonald’s hace un par de años.

“Estaba avergonzado porque no era donde debería haber estado en la vida”, le dijo Harrison a Marc J. Spears de Yahoo Sports. Todo el mundo debe trabajar para subsistir de alguna manera. Tengo dos hijos, a ellos no les importa dónde trabaje, sólo necesitan alimentarse”.

“Apareció gente tratado de llevarse mi auto. Mi casa estuvo incautada. No tenía forma de ganar dinero. Todo se me estaba yendo de las manos. Tengo apoyo para un hijo. Tengo una gran familia y me tengo que hacer cargo de ella, aunque no esté jugando en la NBA. Necesito dinero”, añadió el exjugador de la Universidad de Colorado.

En sus cuatro temporadas con los Pacers, Harrison devengó 4.4 millones de dólares, antes del cobro de impuestos, y también jugó al baloncesto profesional por tres campañas en China. Ahora, comenta, que todo ese dinero se ha esfumado. Con 32 años y sin una carrera universitaria concluida, Harrison dice que lo pasa mal para hallar empleo.

“Una carrera en la NBA es algo frágil. Con cualquier pequeño toque, se puede ir de un lado o al otro. Hay muchos jugadores que saben de lo que hablo. David tuvo muy buenos años cuando jugó para nosotros cuando estuve en Indiana”, comentó Rick Carlisle, ahora entrenador de los Dallas Mavericks.

Harrison jugó en el McDonald’s All-America Game de 2001 luego de ganar dos veces el premio Mr. Basketball en Tennessee. Eso lo llevó a jugar con los Buffaloes de Colorado, donde promedió 17.0 puntos y 8.8 rebotes como jugador de tercer año en 2003-2004. Los Pacers lo tomaron como la selección global 29 en el Draft de 2004.

En 2004, en medio de esa infame trifulca en el Palace of Auburn Hills, entre los Pistones de Detroit y los Pacers, Harrison recibió cargos de agresión y lesiones físicas, aunque no recibió sanción alguna por parte de la NBA. Cuando concluyó el contrato de David con Indiana, decidieron no renovarlo.

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Mal temperamento, malas decisiones, como no superar una prueba de abuso de drogas, condujeron a Harrison al destino que se esperaba, que las puertas de la NBA se le cerraran de manera definitiva después de 2008.

Harrison dice que está a 16 horas de créditos de obtener una licenciatura en Colorado, pero no puede costearse el regresar a la escuela y concluir. Tuvo una charla preliminar con la gente que conduce el programa varonil de basquetbol de la universidad para obtener un puesto como entrenador asistente, pero no ha habido nada todavía.

Harrison estaba en un McDonald’s de Indianapolis en agosto de 2013, cuando su tarjeta de crédito fue declinada, mientras trataba de comprarle a su hijo de cuatro años, Dylan, una cajita feliz.

El gerente lo reconoció, le dio la cajita feliz gratis y le ofreció ayudarlo, con un empleo en McDonald’s. Harrison aceptó y fue contratado en otra sucursal para el turno de la noche, de manera que pudiera eludir que la gente le hiciera demasiadas preguntas sobre su altura o que pudiera reconocerlo y hacer más lento el servicio…

Mientras espera una respuesta de la Universidad de Colorado o llega un mejor empleo, Harrison dice que confía en él y su inteligencia para salir adelante con su familia.

Les compartimos una pequeña compilación de esos cuatro años de Harrison en la NBA, con los Pacers.