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Decide decir adiós Rip Hamilton

Uno de los jugadores más desgarbados en jugar en la NBA, sin dudas, ha sido Richard Hamilton, pero a pesar de su endeble físico, fue capaz de jugar y perdurar por 14 temporadas en la mejor liga de baloncesto del mundo.

La mayor parte de su trayectoria la pasó con los Detroit Pistons, nueve de sus 14 años en la liga, tres con los Wizards de Washington y dos con los Chicago Bulls.

En 2004, Hamilton conquistó el campeonato de la NBA de la mano de los Pistons, jugando un rol importante en esas Finales y a lo largo y ancho de toda esa temporada en la que culminaron por todo lo alto al vencer a los poderosos y temibles Lakers de Los Ángeles.

En 2003-2004, Hamlton promedió 17-6 puntos en la temporada regular, pero en los Playoffs, ese número subió considerablemente, al alcanzar una media anotadora de 21.5.

El jueves por la noche el exjugador de la Universidad de Connecticut anunció la decisión en el programa His & Hers de ESPN. Rip no había jugado en la liga desde 2012-2013, luego de dos temporadas plagadas de lesiones con los Bulls.

Hamilton fue elegido en tres ocasiones al Juego de Estrellas y ganó el premio de Jugador Más Sobresaliente en 1999 del Final Four de la NCAA, al guiar a los Huskies de UConn a su primer campeonato nacional. Unos meses más tarde fue reclutado como la séptima selección global de la NBA por los Wizards.

Hamilton dijo que esperaba volver a jugar esta temporada luego de estar ausente toda la pasada, antes de lastimarse su pie en octubre.

“Cuando estoy en la cancha, siento que estoy en mi propio cielo. Estoy en el paraíso. Es sólo el balón y yo, ahí te olvidas de todas tus preocupaciones, de todos tus problemas, y cuando estoy jugando, especialmente con el balón, tengo la sensación de que nadie me puede detener”, dice Hamilton en un viejo video en el que habla de su enfoque, su mentalidad cuando jugaba en partidos de Playoff.



Uno de los capítulos más dulces y gloriosos para Hamilton sin duda vino en el Juego 3 de las Finales NBA de 2004, en el Palace of Auburn Hills. El esbelto jugador de los Pistons tuvo una noche brillante y se destapó con 31 unidades, siendo el partido más importante de su carrera.
Aquella actuación adquirió todavía tintes más heroicos porque Rip tuvo que jugar como el hombre de la máscara, usando una protección facial por una fractura.



Los aficionados a los Pistones de Detroit seguro lo recordarán con mucho cariño y ese número 32 quedará adherido a sus memorias.