Comienza el camino de los 12 Guerreros hacia el Preolímpico

El gimnasio de la UPAEP siempre guardará un lugar muy especial para Gustavo Ayón, pues fue el lugar en el que empezó a florecer como jugador de basquetbol. El resto de su carrera es historia.

Pero la noche del martes en Puebla, la Selección Mexicana de Basquetbol siguió escribiendo la suya y Gustavo retornó al lugar donde todo comenzó para él. Y fue una velada especial.

El llamado Nido de las Águilas ya estaba repleto incluso a poco más de una hora del salto inicial del duelo entre México y Uruguay, con miras al Preolímpico FIBA Américas 2015.

El aforo del gimnasio de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla supera apenas las dos mil personas, pero eso le daba un marco especial al encuentro ante la quinteta charrúa, pues además de que todo el mundo prácticamente tenía un buen asiento (incluso la prensa, situada en una esquina de difícil acceso) para presenciar cuatro cuartos de adrenalina.

Ayón acaparó de inmediato las miradas apenas saltó a la duela. Pero el resto del calentamiento de ambas selecciones, embelesó sobremanera a la concurrencia, mirando tan atentos como si se tratara de su filme preferido.

Una demora de unos cinco minutos, por una falla técnica en la pizarra electrónica, le puso un inesperado compás de espera al encuentro. Una vez solucionado el tema, el choque entre dos equipos con bastante rivalidad como el mexicano y el uruguayo, comenzó con sobrada intensidad.

Al final del primer periodo, la ventaja correspondió a los 12 Guerreros por 15-12, no sin antes producirse un espeluznante silencio, derivado de la estrepitosa (y aparatosa) caída de Gustavo Ayón. El Titán se tocó el codo, la muñeca, se demoró en incorporarse, y la angustia aumentaba.

Por la mente de todos los asistentes pasó por un momento la idea de que no participara en el importante compromiso de la semana entrante. Pero el nayarita se levantó y el alma le volvió a la concurrencia, a sus compañeros y al entrenador.

Segundo cuarto

Llegó la rotación de personal y también la baja de rendimiento de los celestes, pues mostró ser mejor el equipo suplente de la quinteta nacional. El ingreso (y dada la expectación) de Juan Anderson Toscano, resultó en una grata sorpresa, y deleite para la afición poblana.

El egresado de la Universidad de Marquette, atacó el aro con decisión un par de ocasiones, para hacer que los decibeles se elevaran, como él, y hundió el balón con fuerza, complaciendo con sendas clavadas a los fanáticos, mientras la Selección uruguaya se desvanecía y no se hallaba en la duela de la UPAEP.

Responden los charrúas

De apariencia ruda, cabeza rapada, y defensa férrea, que empezaba a sacar de quicio a los jugadores nacionales, Nicolás Boselino, el 14 uruguayo, empezó a enderezar el rumbo para los sudamericanos, al grado que se apretó el marcador, y la cómoda ventaja de los 12 Guerreros se encogió, para que el tercer periodo culminara con margen de 64-52 para los locales.

Pero los uruguayos ya habían hecho lo más difícil: salir de su letargo y con base en su juego ríspido y físico, empezar a minar a los dirigidos de Sergio Valdeolmillos, para dejar la mesa puesta en aras de un cuarto periodo de alarido.

El cierre

Con 4:30 por jugarse, Ayón posteó, empujó de espaldas a la canasta, y de media vuelta se elevó para sacar un tiro que se buchaqueó ligeramente, pero entró, y el marcador se puso 72-65 a favor de México. Los uruguayos quemaron un tiempo muerto.

Más tarde, un par de tiros libres de Kiril Waschmann, dejó el partido 72-71. La tensión aumentaba, y más aún con el marcador empatado a 74, tras un triple charrúa. Pero un disparo de tres puntos de Orlando Méndez le dio una ventaja de 80-74 a la quinteta mexicana con 1:19 por jugarse en el encuentro.

Un par de tiros libres de Héctor Hernández pusieron el marcador 82-76 (con seis segundos restando) y ya le pusieron muy complicado el panorama a los visitantes, con lo que el primer test de los 12 Guerreros resultó exitoso.