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Clavada de alto voltaje



DeMarcus Cousins se ha caracterizado por ser un jugador polémico, gustoso de verse envuelto en el ojo del huracán con frecuencia y que se hable de él para bien o para mal.

Antes de despedir 2013, el controversial pívot de los Sacramento Kings hizo una de las cosas por las que también se habla mucho de él, porque además de mencionar que se trata de un personaje algo problemático, no cabe lugar a dudas de que es uno de los jugadores más subestimados en toda la NBA por la calidad y potencial que tiene.

Pero el peor enemigo para seguir creciendo y madurando como jugador y como persona, es el propio Cousins.

Sin embargo, fue una pieza clave en el último juego de 2013 para Sacramento en el triunfo por 110-106 sobre los Rockets de Houston en el Toyota Center.
Y esta clavada de costa a costa es una de las jugadas más espectaculares que ha tenido a lo largo de su no muy larga pero sí controversial carrera dentro de la NBA.



Muy probablemente los aficionados a los Kings estarían deleitados por ver de manera mucho más frecuente este tipo de jugadas en lugar de sus rabietas y comentarios o actitudes que hacen a más de uno levantar las cejas.

Es también ese tipo de comportamiento que ha tenido Cousins el que ha hecho a otros equipos frotarse las manos, pensando que un cambio de aires, en un escenario ideal, con el entrenador y compañeros idóneos, el poste pueda explotar todo su potencial y convertirse en un jugador digno de ser nominado al Juego de Estrellas.

Mientras eso pasa y se especula sobre lo que DeMarcus puede hacer, no hay problema en que siga regalando este tipo de jugadas.