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Buenas vivencias, pese a la derrota en el debut

Buenas vivencias, pese a la derrota en el debut

Pasaron 40 años para volver a escuchar la entonación de las notas del himno mexicano en el marco de un Mundial FIBA, es por ello que esas imágenes quedan para la historia. Un grupo de valientes aficionados de diversos puntos del país, decidió lanzarse a la aventura de llegar a una isla que está a 200 kilómetros de la costa occidental de África, para apoyar a los 12 Guerreros.

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No hubo cielito querido, no hubo celebración por el resultado, pero el retorno a la gran escena del basquetbol mundial, no tiene comparación. Y por un momento el sueño de derrotar a una de las tres mejores selecciones de todo el mundo, como es la de Lituania, hacía que sonreír fuera inevitable. Al final, con su rodaje y amplia experiencia, los del Mar Báltico terminaron imponiéndose 87-74.

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Pero queda un sabor de boca distinto, de haber paladeado lo que se siente mover, aplacar e incluso dominar claramente por lapsos a uno de los equipos top del planeta. Paco Cruz jugando a un nivel insospechado, tratando de sacarle jugo a su experiencia en el baloncesto colegial de los Estados Unidos (Wyoming Cowboys) y en México (Halcones Rojos). Gustavo Ayón no entró en ritmo y cargarse de faltas le impidió ser el factor de desequilibrio de otras veces.

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Jorge Gutiérrez desquició a sus contrapartes lituanas a placer durante toda la primera mitad, pero en el segundo medio, y como era de esperarse, el experimentado coach Jonas Kaslauzkas, ajustó y le mandó una doble marca a los guardias mexicanos, sesgando su nivel de producción, que se tradujo en pérdidas de balón y una errática participación en el tercer periodo.

Hubo respuesta en el cuarto lapso, pero ya fue demasiado tarde para intentar una remontada, sobre todo cuando la ventaja de los lituanos fue de hasta 14 puntos.

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Nunca es bueno festejar una derrota, de hecho nadie en el equipo mexicano tiene esa idea, pero el coach Sergio Valdeolmillos cree que hay muchas cosas para rescatarse, como esa primera mitad donde realmente lució atolondrado el equipo lituano, consecuencia de las buenas decisiones de México sobre la duela, un consuelo que palia un poco la derrota y que no hay que dejar de lado el contexto, pues mientras los bálticos son constantes competidores en estos eventos de alta lid, para el quinteto mexicano es como volver a nacer en el plano internacional, se construye poco a poco y esto, si se ve positivamente, pudiera decirse que son los cimientos para algo mejor más adelante .

Este domingo hay otro compromiso mundialista, pero por lo menos, tras cuatro décadas de ausencia mundialista, México dio una grata impresión, dejó un buen sabor de boca y permite que la ilusión se apodere de todo aquellos quienes lograron llegar a este recóndito paraje español donde México irá en busca de el sueño de la segunda fase.